bueno hasta ak les dejo la nove... espero poder subir el sábado la otros caps... jejeje las kiero y espero sus comentarios.... aunk estan un poco perdidas algunas hee!!! pero igual las kieroo :D bye.. ahora la otra nove! :)
—Tal vez, por lo ridículo de la situación y por el estrés acumulado. En cualquier caso, no me importa, de verdad —contestó Nick—. Yo no tengo segundo nombre —añadió.
— ¿Y eso?
Nick se encogió de hombros.
—Soy adoptado —contestó—. No sé si sería por eso.
— ¿Pero no me había dicho que iba a ver a su madre?
—Sí, es mi madre adoptiva. Pero bueno, ¿por qué le estoy contando todo esto? —bromeó.
—Así que le ha costado mucho para llegar donde ha llegado, ¿eh?
—Le aseguro que sí.
—Ya me lo contará más detenidamente... ¡Ay!
— ¿Qué ha pasado?
—Se me ha enganchado la blusa en un clavo —contestó Miley intentando soltarse.
Lo único que consiguió fue que la tela se rajara desde el cuello hasta la cintura.
—Quítesela y póngase mi camisa, que es más gruesa y la protegerá más —sugirió Nick.
— ¡chánananaaaa nana nanaaaa! —bromeó Maggie sentándose sobre la viga con los pies colgando entrelazados.
En un abrir y cerrar de ojos, se había quitado la blusa, pero, cuando se disponía a ponerse la camisa de Nick, oyeron un motor que se acercaba, se apagaba, una puerta que se abría y se cerraba de un portazo y la voz de un hombre enfadado.
—Miley, baje —dijo Nick nervioso.
—Ya voy, ya voy. ¡Qué bien, nos van a rescatar!
—Bueno, hay que tener cuidado. Si esta gente ha ocupado el cobertizo sin permiso y estos vehículos son robados... Venga, baje rápido.
—Voy —contestó Miley deslizándose por las sábanas y llegando a sus brazos.
Con las prisas, se había dejado la blusa y la camisa en la viga y, cuando el hombre desconocido abrió la puerta del cobertizo, se quedó mirándolos alucinado.
—¿Pero qué tipo de espectáculo pornográfico es éste? —exclamó.
Miley vio horrorizada que se trataba de dos hombres y llevaban linternas. De repente, saltó el flash de una cámara fotográfica.
Nick se apresuró a ponerse delante de Miley y a ir hacia ellos. Todo ocurrió muy deprisa. Ambos hombres retrocedieron ante Nick y el de la cámara tropezó y la cámara se cayó al suelo.
—Lo siento mucho, pero esta película no se va a revelar —dijo Nick agarrando la cámara y velando el carrete.
—Lo que usted diga —contestó el fotógrafo acobardado.
—Hope, vete al coche —dijo Nick de repente—. Y ustedes siéntense y díganme quiénes son.
Miley se dio cuenta de que le estaba hablando a ella y, haciendo un gran esfuerzo para mantener la dignidad, en vaqueros, calcetines y sujetador, salió del cobertizo y se montó en su coche, donde suspiró aliviada y se puso la cazadora vaquera que llevaba en el asiento trasero.
Al cabo de un cuarto de hora, apareció Nick.
—A casa, Bautista —bromeó.
— ¿Qué ha pasado?
—Venga, vámonos antes de que esos tipos se den cuenta de quién eres.
Miley puso el coche en marcha y dos minutos después salían de la propiedad.
— ¡Estoy muerta de curiosidad! —exclamó volviéndose hacia Nick—. ¿Quiénes eran esos tipos? ¿Qué hacían en el cobertizo? ¿Se creían que estábamos...?
Aquello hizo que Nick estallara en carcajadas.
—Espera, primero voy a llamar a mi secretaria —contestó—. ¿Cuál es tu dirección?
Miley se sorprendió de que a la tal Maisie no le importara que su jefe la llamara a las cuatro y media de la madrugada para decirle que fuera a recoger su coche a una finca perdida por ahí, a buscarlo a casa de Miley en media hora y que le sacara otro billete para Melbourne.
—Este día ha sido uno de los más divertidos de mi vida, Miley Cyrus —dijo Nick poniéndole la mano en la rodilla tras colgar—. Eran un periodista y un detective privado.
— ¿Cómo?
—Sí, por lo visto al hijo de los dueños no se le ocurrió nada mejor que robar el coche y la moto y esconderlos en el cobertizo de casa de sus padres. La policía no daba con los vehículos y el periodista y el detective decidieron investigar por su cuenta.
—Menos mal que ha velado las fotos.
— ¿Se imagina haber aparecido en portada?
— ¡Mi padre me habría matado!
— ¡Más bien, me habría matado a mí!
Miley lo miró y sonrió.
—En cualquier caso, esos dos se creen que te llamas Hope y no creo que les haya dado tiempo a ver la matrícula de tu coche en la oscuridad.
—No está a mi nombre. Es de la empresa.
—Mejor.
— ¿Y tú? ¿Saben quién eres?
—Por supuesto, pero eso no importa. Conmigo no se atreven.
—No me extraña. A veces das miedo.
—El semáforo está verde.
Miley condujo en silencio un rato.
—Yo en tu lugar me iría de vacaciones o algo —sugirió Nick—. Desaparece unos días por si a esos dos les da por hacer pesquisas.
—¡No puedo hacer eso! ¡Tengo que trabajar! —exclamó Miley indignada mientras aparcaba el coche frente a su casa.
Nick se quedó mirando la fantástica villa y se encogió de hombros.
— ¡No me vengas otra vez con que soy una niña rica y malcriada porque creo que ya he demostrado más que de sobra que no lo soy!
—Tienes toda la razón. Miley Cyrus, eres especial... pero, de todas formas, tienes un apellido que proteger y por respeto a tu familia deberías tener cuidado y desaparecer unos días —insistió Nick.
En ese momento, llegó un coche y Nick se giró.
—Han venido a buscarme.
— ¿Es Maisie? —quiso saber Miley.
—No.
—Entonces... ¿aquí nos despedimos?
—Sí, al final todo ha salido bien, ¿no? Todavía podrías estar colgada de una viga intentando salir por el tejado de uralita —sonrió Nick.
— ¿Vas a comprar la casa?
—No lo sé —contestó Nick—. Bueno, cuídate —añadió y la besó en los labios.
Y Miley se quedó de piedra y no pudo reaccionar y, mientras él salía de su coche y se subía en el otro, desapareciendo de su vida, se tocó la boca y suspiró encantada.
Aquel mismo día recibió un ramo de flores y en la tarjeta que lo acompañaba se leía: Bien está lo que bien acaba.
Cuando Miley le contó a su madre lo sucedido, Tish Cyrus estuvo de acuerdo en que se fuera de vacaciones, así que Miley se tomó un mes sin sueldo y su madre la acompañó la primera semana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario