Chicas ak les dejo novee :P espero q les guste!!! bye cuidencen....
Nick
terminó de tirar los restos de la cena a la basura. ¿Por qué había permitido
que Miley creyese que, de postre, quería hacer juegos eróticos con Delta? Le
había dolido mucho ver la decepción en su rostro.
Siempre
había dado por descontada la admiración de Miley. Nunca olvidaría la
embriagadora sensación que le había provocado su admiración la primera vez que
se habían visto, cuando había rescatado a su vaca. No podía imaginarse volver a
ver esa mirada.
¿Por
qué le había tenido que decir a Miley que su vida personal no era asunto suyo?
Lo único que tenía que haberle dicho era que la idea del postre había sido una
sorpresita de Delta, que a él no le había interesado. Pero le había hecho creer
todo lo contrario. Incluso había dejado caer que tenía una relación con Delta,
cuando aquello era lo último que quería, ni con Delta ni con ninguna otra
mujer.
Terminó
de limpiar la encimera y los fogones. La cocina volvía a estar en orden. Ojalá
su vida también lo estuviese. No sabía lo que estaba pasando entre Miley y él,
pero tenía que pararlo. Odiaba pelearse con ella.
Miró
si reloj que había encima de los fuegos. Eran sólo las nueve. Tomó una
decisión. Agarró una chaqueta y las llaves del coche. Se detuvo brevemente en
el salón para escoger una película de vídeo. La noche todavía no había acabado.
Fue
a comprar unos donuts a la ciudad y cuarenta minutos más tarde estaba en el
porche delantero de la casa de los Miller. Llamó al timbre; El viento lo
despeinaba y golpeaba su chaqueta vaquera forrada de lana. Miley no respondió.
Su coche estaba aparcado fuera. Nick volvió a llamar. No se veía ninguna luz
encendida. Quizá estuviese dormida.
Iba
a darse la media vuelta para marcharse, decepcionado, cuando se abrió la
puerta. Miley lo miró a través de la mosquitera, sin abrirla.
Él
le sonrió. Levantó la bolsa blanca y naranja que llevaba en la mano y dijo:
—He
venido en son de paz.
Ella
empujó la mosquitera y dio un paso atrás para dejarlo pasar. Nick la miró y se
sintió mal. Tenía los ojos enrojecidos y las mejillas húmedas. Había estado
llorando y era culpa suya. Dejó la bolsa encima de la mesa de la entrada.
—Oh,
Miley.
La
abrazó contra su pecho y le acarició la espalda. Ella se quedó rígida, pero no
se apartó.
—Lo
siento, cielo, lo siento.
Miley
empezó a llorar.
—Ha
sido culpa mía. Lo que hagas con otras mujeres no es asunto mío.
Aquello
no le hizo sentir mejor. Se apartó de Miley para obligarla a mirarlo a los
ojos.
—No
pensaba tomar el postre con Delta.
Las
lágrimas corrieron todavía más aprisa por el rostro de Miley.
—Da
igual. No es asunto mío. Yo sólo soy una amiga. No tienes que darme
explicaciones —dijo entre sollozos.
¿Sólo
una amiga? ¿Desde cuándo había empezado a considerarse sólo una amiga? Era la
única persona en la que confiaba. Nick tuvo que apartar la mirada, no soportaba
verla llorar. Volvió a abrazarla.
—Querida,
por favor, deja de llorar.
—Lo
estoy intentando.
Miley
respiró hondo. Él le frotó la espalda, intentando reconfortarla.
—Eres
la mejor amiga que he tenido nunca. No confío en nadie como confío en ti.
—Eso
todavía empeora más las cosas —gimió ella. Se separó de él y retrocedió hasta
tocar la pared. El pasillo era estrecho, así que seguían estando muy cerca—.
Confiabas en mí, y yo he estropeado tu cita con Delta.
— ¿De
qué estás hablando?
—Fui
yo quien dejó la puerta de la jaula de Bud
abierta.
« ¿Qué?».
— ¿Por
qué?
—Porque
estaba celosa.
—No
me lo puedo creer.
Miley
parecía triste.
—Lo
sé. Ha sido una canallada, y encima hemos perdido a Bud. Podría estar en cualquier sitio, congelándose.
Lo
más probable era que estuviese corriendo por las paredes, comiéndose los
cables.
—Encontraremos
a Bud. Pero no puedo creer que
estuvieses celosa de Delta. No era más que una cita. Tú eres mi mejor amiga.
Miley
lo miró a los ojos.
— ¿De
verdad?
A Nick
le enfureció que lo pusiese en duda y avanzó hacia ella. Se detuvo cuando sus
botas chocaron contra los pies descalzos de Miley. Su rostro estaba muy cerca
del de ella.
—Puedes
hacer que me suba por las paredes con tu melodrama. Quizá me moleste que no
quieras que te acompañe a la ciudad cuando la carretera está nevada. Pero nada
de eso hará que dejes de ser una de las personas más importantes de mi vida
—espetó.
—Gracias
—respondió ella limpiándose las lágrimas de las mejillas.
—Y
para que te enteres, Delta no me interesa.
Miley
sonrió y desvió la mirada hacia la bolsa que había encima de la mesa.
— ¿Son
donuts?
Él
le devolvió la sonrisa.
—Sí.
Tus favoritos —dijo sacándose la cinta de vídeo del bolsillo—. Y una película.
— ¿El
hombre tranquilo?
Nick
asintió.
—De
acuerdo.
Miley
se dio la vuelta y se dirigió hacia la parte trasera de la casa.
El
la siguió. Cuando pasaron por delante de la entrada del salón, Nick se detuvo.
—
¿Adónde vas?
—A
la habitación, he llevado allí el vídeo.
—Yo
lo volveré a traer al salón.
— ¿Para
qué te vas a molestar? —preguntó volviéndose a mirarlo. Él se sintió culpable
al ver los surcos de las lágrimas en sus mejillas—. Ya está instalado. ¿Por qué
no vemos la película allí?
Porque
Nick no quería torturarse. Ni tampoco quería decírselo a ella. Se encogió de
hombros.
—Porque
estaríamos más cómodos en el salón.
—Tienes
razón. Ve tú a por el vídeo, yo voy a buscar un jersey.
A Nick
no le gustó la expresión impasible de su rostro, ni tampoco el tono de su voz. Miley
estaba volviendo a alejarse de él, y eso le asustaba.
—Olvídalo.
Veremos la película en tu habitación.
Como
Miley guardó silencio, él añadió:
—Si
te quedas dormida no tendré que llevarte en brazos hasta la cama.
Ella
lo miró muy seria.
—No
me quedaré dormida.
—Era
una broma.
La
sonrisa de Miley parecía forzada. Nick se maldijo, tenía que hacer algo para
que las cosas volviesen a la normalidad. La agarró por la muñeca y la hizo
avanzar detrás de él.
—Venga,
niña. Tienes una cita con el duque.
No
se detuvo hasta que hubo llegado al dormitorio. Hizo todo lo que pudo por
ignorar el efecto que las sábanas arrugadas tenían en su libido y dejó la bolsa
con los donuts encima de la cama.
—Abre
los donuts. Yo pondré el vídeo.
Me encanto
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