" Innocence and Desire " Cap Nº 18

Hubo dos cosas de las que Nick habló durante sus visitas que sorprendieron mucho a Miley.

La primera, fue el proyecto que tenía para construir una residencia de ancianos y la segunda la casa que había comprado.

—Al final, no es en la que nos quedamos encerrados, ¿verdad? —dijo Miley—. Esa se ha vendido a una empresa que se llama Hanson Limited o algo así.

—Es una de mis empresas —contestó Nick.

Era domingo por la mañana y Nick había ido a su casa cuando Miley estaba desayunando.

—Me alegro de pillarte comiendo porque yo también tengo hambre —comentó sentándose frente a ella.

— ¿Qué has estado haciendo? —quiso saber

Miley mientras le ponía plato y cubiertos.

—He estado corriendo por la playa.

—Entonces, vas a necesitar algo más contundente —sonrió Miley—. Por ejemplo, huevos. Sobre la mesa había fruta, yogur y, sorprendentemente, sopa de pollo con fideos chinos. Nick la miró sorprendido.

— ¿Te ha dado por la cocina oriental?

Miley se encogió de hombros.

—Sí, me apetece sopa de pollo con fideos chinos a todas horas.

— ¿Es de lata?

—No, la hago yo para que no tenga mucha sal y nada de químicos. No tienes nada de lo que preocuparte, Nick Jonas, estoy cuidando muy bien de tu hijo.

Aquello hizo reír a Nick.

—No lo dudo en absoluto. Tú tómate la sopa, que no se te enfríe, ya me hago yo unos huevos revueltos.

—También tienes queso en el frigorífico —le indicó Miley mientras se tomaba la sopa—. Así que, al final, la has comprado, ¿eh?

—Sí —contestó Nick dando buena cuenta de su desayuno—. Maisie me ha comentado que tenías unas cuantas buenas ideas para reformarla.

— ¿No preferirías tirarla abajo y hacerla entera de nuevo?

—No, es una casa con mucho carácter y la quiero conservar.

Miley se tomó la sopa mientras pensaba que comenzaba a resultarle cada vez menos raro que Nick se presentara en su casa sin avisar, se sentara a su mesa y desayunara como si viviera allí.

No pudo evitar que aquella escena le recordara los desayunos que habían compartido en cabo Gloucester.

Uno en concreto...

— ¿Qué vamos a hacer hoy?

Nick la miró muy serio. Habían estado bañándose a primera hora de la mañana y ella llevaba puesto su bikini rosa con el pareo anudado en el escote.

—Nada —contestó.

— ¿Nada? —se extrañó Miley—. ¡Qué vago!

— ¿Vago? No me considero vago en absoluto —dijo Nick levantándose y acercándose a ella—. Más bien, atrevido.

Y, a continuación, le soltó el pareo y la parte superior del biquini.

—Sí, un poco atrevido sí eres —contestó Miley con la respiración entrecortada mientras Nick le acariciaba los pechos.

A continuación, la tomó entre sus brazos y la sentó en su regazo.

—Eres como una sirena, ¿sabes? —le dijo besándola.

— ¿Pero no habíamos dicho que era una diosa de la India?

—Eso también... vámonos a la cama. 

Miley salió de su ensoñación completamente excitada al recordar las sublimes caricias que se habían hecho el uno al otro a pesar de que eran las ocho de la mañana.

«Creía que lo había superado, que era dueña de mi destino y de mi futuro, pero lo cierto es que no puedo olvidarme de cabo Gloucester ni lo que allí compartí con él», pensó.

—La verdad es que tengo unas cuantas ideas para reformar esa casa —dijo de repente para no seguir pensando en Nick—. Sin embargo, no creo que te vaya a salir barato.

—Eso me da igual —murmuró Nick—. Lo quiero hacer bien. Cuéntamelo todo.

Miley así lo hizo y, para su sorpresa, se encontró interesándose cada vez más en la reforma de la casa.