Volvió con su familia a pesar de la
ambivalencia de los sentimientos que le provocaba su padre y se dio cuenta de
que ciertas cosas habían cambiado.
Así se lo hizo
comprender la voz de su madre, más ligera y joven, cuando la llamó para decirle
que ya estaba en la ciudad.
Tish le dijo que
quería tener una reunión familiar cuanto antes y Miley se preguntó si sería
capaz de soportar la presencia de su padre ahora que sabía lo que sabía.
Aprovechando los
últimos días que le quedaban de vacaciones, Miley fue a Kingaroy, la finca
ganadera donde había iniciado su andadura la dinastía Cyrus, para encontrarse
con sus progenitores.
Para su sorpresa,
pronto se dio cuenta de que lo que había cambiado era que sus padres volvían a
estar enamorados de nuevo.
Sorprendida, no
dejó de observarlos y se preguntó si podría contarle a su padre lo que había
entre Nick y ella, si podría hacer que las cosas entre ellos se suavizaran.
Sin embargo,
decidió no hacerlo porque no estaba segura de que Nick quisiera que formara
parte de su vida permanentemente.
Tampoco estaba
segura al cien por cien de lo que ella sentía por él.
Su madre bajó de las nubes poco
antes de que Miley se fuera.
—Cariño, ¿estás
bien? —le preguntó preocupada al acompañarla al coche—. Estás muy callada.
—Estoy bien —le
aseguró Miley abrazándola—. No sé qué ha ocurrido, pero os veo muy bien juntos.
Estoy muy feliz por ti, mamá.
— ¿Tanto se nos
nota?
— ¡Pero si
parecéis una pareja de adolescentes! —bromeó Miley.
Tish sonrió
encantada y se despidió de su hija.
Un mes más tarde,
Miley fue al médico muy nerviosa.
— ¿No me había
dicho que la píldora me cubría frente a todas las eventualidades?
— ¿A qué te
refieres? —contestó el doctor invitándola a sentarse.
— ¡Estoy
embarazada! Es la única explicación que se me ocurre, pero no se me ha olvidado
tomar la píldora ni un solo día.
—Vamos a ver, la
píldora que estabas tomando es una píldora de dosis muy baja, estoy seguro de
que te lo dije. En cualquier caso, no la estábamos utilizando como método
anticonceptivo sino para corregir un problema ginecológico —le recordó
amablemente—. ¿Has tenido algún tipo de episodio de vómitos?
Miley hizo
memoria.
—Sí —admitió.
—Entonces, la
píldora ha debido de perder su efectividad. Ya te dije que eso podía suceder.
—Madre mía —dijo Miley
llevándose la mano a la boca—. Se me había olvidado por completo.
—Cuéntamelo todo.
Media hora
después, Miley salió de la consulta de su médico, se montó en su coche y se fue
a casa.
El doctor le
había dado varios consejos. Si quería abortar tenía la opción de hacerlo, pero
a Miley se le antojaba algo terrorífico.
En cualquier
caso, decidió que, si no lo hacía y decidía tener el niño, Nick tenía derecho a
saberlo.
¿Qué iba a hacer?
Tres semanas
después, Miley todavía no había decidido nada y el destino acudió en su ayuda.
La casa en la que
todo había empezado estaba oficialmente a la venta y había varias personas
interesadas, pero ninguna que tuviera nada que ver con Nick Jonas.
Una tarde, una
mujer llamó interesándose por la propiedad y Miley decidió enseñársela, así que
quedó con ella a las cuatro de la tarde.
Cuando llegó,
aparcó su coche detrás de un BMW azul y observó que el cielo estaba cubierto de
nubes y que amenazaba lluvia.
Nicole Anderson
la estaba esperando muy sonriente y juntas visitaron la casa.
— ¿Es para usted?
—se interesó Miley.
—No, es para
un... amigo —contestó Nicole.
Miley asintió y,
al hacerlo, se dio cuenta de que no se encontraba bien, pero decidió aguantar.
Al cabo de un rato, sin embargo, se encontró vomitando la comida detrás de unos
arbustos mientras visitaban el jardín.
Nicole se
apresuró a mojar el pañuelo que llevaba al cuello en el riachuelo y a atenderla
solícitamente.
—Gracias —le dijo
Miley.
— ¿A lo mejor te
ha sentado mal la comida? —sugirió Nicole.
—No, es que estoy
embarazada —contestó Miley.
Todavía no se lo
había dicho a nadie, solamente lo sabían su médico y ella, y de repente se
encontró contándoselo todo a aquella desconocida.
— ¿De cuánto
estás?
—Apenas de dos
meses —contestó Miley poniéndose en pie.
Mientras iban
hacia los coches, quedaron en que Miley le diría a Mike Davies, el compañero
que ahora llevaba la venta de aquella casa tras sus vacaciones, que se pusiera
en contacto con Nicole para pasarles una oferta a los propietarios.
Miley se fue a
casa exhausta emocionalmente pues, aunque no habían entrado en el cobertizo,
estar en aquella casa la había revuelto completamente por dentro.
Pronto iba a
tener que tomar una decisión. ¿Debía seguir el consejo de su médico o seguir
adelante con el embarazo?
Tal vez, aquel
hijo llenara el vacío que su padre había dejado.
Estaba
preparándose la cena cuando llamaron a la puerta y para su sorpresa, comprobó
que era, Nick.
— ¿Puedo pasar?
Está lloviendo.
—Por supuesto
—contestó Miley guiándolo hasta el salón.
Nick miró a su
alrededor.
— ¿Qué tal estás?
—le preguntó de repente.
Miley estaba tan
nerviosa que se puso las manos a la espalda para evitar que Nick viera cómo se
retorcía los dedos. ¿Por qué se había presentado en su casa? ¿Acaso le iba a
decir que se había equivocado y que no podía vivir sin ella?
—¿Miley?
—Estoy bien
—contestó Miley bajando de su nube—. Siéntate. ¿Quieres tomar algo?
—No, gracias. Que
no se te enfríe la cena.
Miley había
dejado la cena sobre la mesa que había frente al televisor.
—No tengo hambre.
Nick se quedó
mirándola fijamente y se sentó.
— ¿Sabes algo?
Miley no tenía ni
idea de a lo que se refería, así que se encogió de hombros.
Nick la miró con
dureza.
—Estoy casi
decidido a comprar esa casa. —
¿La que...?
—Sí, ésa —atajó
Jack—. He decidido pedir una segunda opinión.
— ¿Y eso?
—He mandado a una
persona de toda mi confianza. Creo que ya te había hablado de Maisie, ¿no?
— ¡Pero si no hay
ninguna Maisie en tu empresa! Lo sé porque... bueno, da igual...
—Yo soy el único
que la llama así —le aclaró Nick—. En realidad, se llama Nicole Anderson.
Miley palideció.
— ¿Te... te lo ha
dicho?
—Sí.
— ¡No es justo!
De haber sabido quién era, no se lo habría contado.
— ¿Y nunca me
habría enterado de que estás embarazada? ¿No tenías intención de contármelo?
Miley se puso en
pie y comenzó a pasearse nerviosa por el salón.
— ¡No sabía qué
hacer! —contestó sinceramente.
— ¿Y cómo ha
sucedido? Si mal no recuerdo, me dijiste que estabas tomando la píldora.
—Así es —contestó
Miley contándole lo que le había dicho el médico.
— ¿Lo saben tus
padres?
—No.
Nick se quedó
mirándola fijamente.
—Cuanto antes nos
casemos, mejor —dijo al cabo de un rato.
OMG!!!! esto se pone kada vez mejor
ResponderEliminarOMG! OMG! OMG! *-* AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! :D :D eso lo dice todo :D SUBE EL OTRO PERO YAAA!
ResponderEliminarLOVE IT!!
ResponderEliminarno puedo creer k lo dejaste ahiii!!!!!
necesito el siguiente!
pliiis sis!
en serio k necesito el siguiente jeje!
en serio!
kuidathe y espero el cap!
bye
OOOOOHHHH genial me encantaron todos los cap wow me qdo picada con las 2 esq wow en bruken rules nick se puso celoso al pensar mal como siempre hehe y en esta niley bebe inensa las noves son estupendas tus noves en fin sube pronto cuidate muchooo bysin
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