Listo... q dicen subo otro y el lunes el final??? jeje espero comentarios... :P
De
camino a casa de los Miller, Miley recordó una y otra vez la conversación que
había tenido con Nick y sus padres.
Nick
le había recomendado a su padre que vendiese el rancho y no podía culparlo por
ello. No si lo pensaba racionalmente. Nick había tenido razón. Ella no quería
ser ranchera y la venta del rancho había sido la única alternativa que habían
tenido sus padres. Lo que Nick y sus padres parecían no entender era que ella
tenía que haber participado en aquella decisión, y deberían haberla legitimado
como parte importante de la familia.
Aunque
Nick no había tenido nada que ver con aquello. Agarró el volante con fuerza,
estaba frío, y echó de menos los guantes que se había vuelto a olvidar. No
debería haberse marchado de casa de Nick sin haber hablado abiertamente de lo
que había dicho Paul. Nick debía de creer que lo culpaba del rechazo de su
padre, y eso no era cierto. Ni siquiera culpaba ya a su padre. La pérdida de su
único hijo lo había dejado marcado para siempre.
Además,
tenía que reconocer que su padre había tenido cierto mérito. No había sido
fácil lidiar con ella. Sonrió al pensar en todo lo que Nick le había recordado.
Si
sus padres no la veían como una componente más de la unidad familiar tampoco
era culpa de Nick. No obstante, aquel antiguo dolor estaba siendo superado por otro
mucho mayor. El consejo que Nick le había dado a su padre le confirmaba que no
había esperanzas de futuro para ellos. Nick no iba a casarse con una mujer que
no había sabido vivir en un rancho.
Quizá
él no se diese cuenta en esos momentos, pero ya lo habían abandonado tres
mujeres a causa de su estilo de vida. No se arriesgaría a casarse con alguien
que no podría amarlo más de lo que odiaba el rancho.
Miley
se había pasado los últimos cuatro años de su vida huyendo del amor que sentía
por Nick, pero no estaba dispuesta a seguir haciéndolo. Quería a aquel ranchero
cabezota más que a nada en el mundo, y pensaba que él también la quería a ella.
Si no, no le habría hecho el amor de aquel modo. Había sido demasiado
reverente… demasiado espiritual.
Ella
viviría en el foso de las serpientes si fuese necesario para convertirse en su
mujer. Así que después de eso, decirle que quería compartir su vida con él en
el rancho tenía que ser fácil.
Sonrió
con determinación al tomar el camino que llevaba a casa de los Miller. Tenía
planes nuevos. Los regalos de Navidad tendrían que esperar. Nick la había
invitado a pasar las vacaciones en el rancho, y tenía la intención de aceptar
la invitación.
Nick
se quedó debajo del chorro de agua caliente, rodeado de vaho, y cerró los ojos.
Miley
había vuelto dos horas después de haberse ido. Había llamado de nuevo a la
puerta principal. Aquello quería decir algo, pero todavía no sabía el qué.
Había llevado todas sus cosas, no sólo una maleta.
Él
había deseado abrazarla y besarla hasta que ambos se hubiesen quedado sin
respiración, pero ella le había dejado claro que no quería que sus padres
viesen la parte física de su relación. Nick respetaría sus deseos, pero en
cuanto sus padres se fuesen a dormir iría a la habitación de Miley, aunque
tuviese que recorrer el pasillo de puntillas.
Alargó
el brazo para agarrar el jabón y, en su lugar, tocó una mano de mujer.
—Deja
que lo haga yo. Se
dio la vuelta al oír aquella suave voz femenina. Abrió los ojos y parpadeó. Se
frotó los ojos y volvió a parpadear. Pero no veía nada.
—¿Miley?
Sintió
unas manos suaves y llenas de jabón en el torso.
—¿Quién
si no iba a abordarte en la ducha?
—Nadie.
Alargó
la mano para tocarla, intentando encontrar su cuerpo en la oscuridad.
—¿Qué
ha pasado con la luz? —preguntó en el mismo momento en que le tocaba un pecho
cuyo pezón estaba en punta.
—La
he apagado —respondió ella sin dejar de acariciarlo—. Quería que estuviésemos
los dos solos. Nada más. Ni siquiera la luz.
Se
acercó a él un paso más y sus cuerpos entraron en contacto, de las rodillas al
pecho.
Nick
se estremeció, sentía su erección contra la piel mojada del estómago de Miley.
—Querida…
Ella
lo interrumpió con un beso. Y Nick dejó de hacerse preguntas, no le importaba
por qué no había luz, ni por qué se había arriesgado Miley a que los
sorprendiesen sus padres. Le daba igual.
La
besó apasionadamente y le acarició la espalda, la agarró por el trasero para
apretarla contra él. La oscuridad daba un toque de irrealidad a la relación
sexual. Con Miley no necesitaría volver a fantasear, podría disfrutar de ella a
diario. Estaban solos en un
mundo que les pertenecía, en el que los ranchos y el ganado no tenían lugar. En
el que nadie ni nada podía separarlos. En el que el pasado no podía hacerles
daño y el presente se limitaba a dos cuerpos unidos en la oscuridad.
Miley
abrió las piernas y abrazó con ellas uno de los muslos de Nick. Él gimió
involuntariamente al sentir su sexo femenino en la pierna. Miley contuvo la
respiración, apartó los labios de los suyos para volver a tomar aire, y se
frotó contra él. Un escalofrío recorrió a Nick al sentir en el muslo una
humedad que no tenía nada que ver con el agua caliente que caía sobre ellos.
—Nick
—gimió Miley con pasión.
Luego
siguió moviéndose, y pareció sorprendida cuando él levantó la pierna y la
agarró con más fuerza por el trasero para apretarla contra su muslo.
—¿Te
gusta, nena?
—Yo…
—no pudo seguir hablando. Nick movió la pierna otra vez y ella se estremeció y
gritó con pasión.
Él
había pensado que la primera vez que habían hecho el amor juntos había sido la
experiencia más turbadora de su vida, pero lo que estaban haciendo en esos
momentos era algo que transformaba el alma.
—Dámelo
todo, Miley. Lo quiero todo —dijo marcando cada palabra con un movimiento de su
muslo.
SIIIIIIIIIIII!
ResponderEliminarsube otro y el lunes el final!!!
pero sube!!! =D
pliiis!!!
Aaahhh suuper dupeers loos caapiis amore ahu me encantarooon aaahh esperoo prontotoos maaad y te extrañoo muxooo amoree te súper quieroo neniixd
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