wau mis niñas hermosas.... espero q les guste y comenten y el lunes subire el final.. las quiero mucho mucho... un beso grande!!!
—Nick,
te daré lo que quieras.
Él
dejó de moverse. Estaba agarrándola con tanta fuerza que le daba miedo hacerle
daño.
— ¿Lo
que quiera?
—¡Sí!
Lo que quieras, Nick. ¡Lo que quieras! —Miley intentó moverse de nuevo, pero él
no la dejó.
En
su lugar, la besó, y le acarició con tanta ternura que a Miley le dio la
sensación de que estaban decidiendo algo muy importante.
—¿Me
darías tu amor? ¿Me lo darías?
Nick
esperó su respuesta, desesperado de necesidad, sabiendo que la respuesta a
aquella pregunta le importaba más que el deseo que quería saciar.
Ella
llevó las manos hasta su rostro.
—Te
quiero, Nick. Siempre te he querido y siempre te querré.
Nick
se puso rígido, apretó a Miley contra él, abrió sus piernas y la penetró.
—Te
quiero, Miley. Y siempre te querré.
La
apoyó contra la pared de la ducha, que estaba caliente y resbaladiza, y le hizo
el amor intensamente. Quería ir despacio, pero no podía. El hecho de que Miley
le hubiese confesado su amor le hacía perder el control. Tenía que reafirmar
ese amor de la manera más elemental posible.
A Miley
no pareció importarle. Se agarró con las piernas a su cintura, abriéndose a él
completamente.
—Quiero
llegar tan adentro que no puedas recordar cómo te sientes cuando no estás unida
a mí.
Ella
lo agarró por los hombros con fuerza.
—¡Sí!
Nick
le hizo el amor con todo su cuerpo. La acarició con las manos, le besó la cara
y el cuello frotó su pecho contra los pezones de ella, hasta que la hizo gritar
y sacudirse de placer.
Él
también gritó cuando tuvo el orgasmo y se sintió de un modo en que sólo podía
sentirse cuando su cuerpo estaba unido al de Miley. La apretó contra él hasta
que pudo respirar normalmente. Ella mantuvo las piernas alrededor de su
cintura.
—No
sé si noventa años haciendo esto serán suficientes.
—¿Noventa
años? —preguntó ella.
Nick
la besó en la frente y la hizo bajar al suelo. Luego la enjabonó con cuidado y
esmero, haciendo que volviese a experimentar otra explosión de sensaciones.
Cuando Nick cerró el grifo y la sacó de la ducha, Miley se apoyó en él, como si
lo necesitase para mantenerse en pie.
La
secó mientras besaba su cuerpo. Y ella hizo lo mismo con él. Luego Nick fue a
encender la luz para evitar volver a hacerla suya.
—No.
No.
—¿Qué
pasa?
—Que
quiero decirte algo más.
—¿Y
tienes que hacerlo a oscuras?
Nick
oyó un suspiro.
—Sí.
No quiero distracciones ni interrupciones, Sólo palabras. Quiero que me
escuches y que me creas. ¿Me lo prometes? ¿Creerás lo que te diga en la
oscuridad?
Sonaba
como si fuese a echarse a llorar. Nick no pudo evitar alargar la mano para
acariciarla, encontró su brazo y le puso ambas manos en los hombros.
—Sí,
creeré todo lo que me digas, a oscuras o con luz.
Ella
apoyó las manos en su pecho.
—Te
quiero.
—Yo
también te quiero.
Nick
sintió que Miley le ponía un dedo en los» labios para hacerlo callar.
—Gracias.
Sé que piensas que no podría ser feliz viviendo en un rancho.
Él
asintió. Miley seguía impidiéndole hablar.
—Te
equivocas.
Nick
quitó la mano dé Miley de su boca.
—¿Qué
quieres decir?
—Que
vivir contigo, amarte, me haría feliz. No podría vivir sin ti. Por favor, no me
obligues a hacerlo.
Él
la abrazó con fuerza.
—Eso
nunca. Quiero casarme contigo. Quiero que tengamos hijos juntos.
Encendió
la luz.
—Cásate
conmigo.
—Te
quiero —dijo ella con los ojos llenos de lágrimas—. Te quiero tanto… Viviré
contigo en el rancho. Tendremos hijos, y soportaré estoicamente la venta de
ganado.
El
sonrió y sacudió la cabeza. Luego le puso el dedo pulgar sobre los labios para
hacerla callar.
—Dejaré
el rancho si eso te hace feliz.
—No,
no será necesario.
Cuánto
la quería. Miley sería capaz de hacerlo. Podría llevar una vida que odiaba sólo
para estar con él y nunca le pediría que renunciase a ello.
—Tenemos
un par de alternativas. Podríamos dedicarnos a la cría de caballos. Ya lo había
pensado antes, pero requieren mucha dedicación.
Ella
abrió mucho los ojos.
—¿Caballos?
—Sí,
o ganado de cría, que no se sacrifica para hacer filetes. ¿Qué te parece?
Las
lágrimas brotaron de sus ojos, pero la sonrisa de sus labios evidenciaba que
eran lágrimas de alegría.
—Creo
que quererte es el mejor regalo de toda mi vida.
—Y
quererte a ti hace que mi vida sea un regalo —añadió él besándola. Nick sabía
que, aunque tuviese que vender el rancho, siempre sería feliz al lado de Miley.