— ¿Que quiere el divorcio de un día para otro? Me temo que eso no es posible, señor Jonas.
Miley se sentó en la silla, tratando de ignorar el sentimiento de alivio que la inundaba.
Dejó salir el aire despacio y respiró profundamente. ¿Sería cierto? Había imaginado que, una vez que llegaran a Tijuana, el procedimiento se desarrollaría sin trabas y su corto matrimonio se convertiría en una estadística más.
Habían encontrado un montón de abogados especializados en separaciones en la guía de teléfonos. Todos ofrecían servicios rápidos y eficaces. Pero Nick había confiado en el abogado que les había recomendado el recepcionista del hotel. Por casualidad, su primo tenía una consulta a pocos metros de allí. El recepcionista había llamado y había concertado una cita para la mañana del día siguiente.
Miley había pasado la noche muy inquieta. Los sonidos de Tijuana habían invadido sus sueños. Se estuvo preguntado cuántas parejas más se habrían casado en la víspera del milenio para arrepentirse sólo unos pocos días después.
Cuando se despertó, se quedó un rato tumbada, pendiente de los sonidos de la habitación contigua. Se había imaginado a Nick sobre la cama desnudo. El tratar de vencer el deseo de estar con él para poder retomar el momento de pasión que los había unido en Skull Creek la había dejado agotada. Miley sabía que, si hacían el amor, no podrían negar la unión que se había formado entre ellos.
Se había levantado cuatro o cinco veces; incluso había llegado hasta la puerta, decidida a enfrentarse a él. Quería rodearlo con sus brazos, perderse en sus besos y caricias. Él no sería capaz de resistirse a ella. La llevaría a la cama y le quitaría la ropa hasta que no hubiera nada que los pudiera separar. Ella lo provocaría hasta que él no pudiera negarse por más tiempo y su pasión le hiciera perder el control.
Un suspiro salió de su garganta. Un sonido que la devolvió a la realidad.
— ¿Que no es posible? —preguntó Nick, inclinándose sobre la mesa del señor Vázquez;—. No entiendo. Si es por dinero, puedo...
El abogado levantó las manos y sacudió la cabeza.
—No es por el dinero, señor, es la ley la que no lo permite. Aunque no se necesita el certificado de residencia, los papeles para un divorcio tardan cuatro meses en tramitarse.
— ¿Cuatro meses? —Nick volvió a sentarse en su silla—. ¡Podríamos habernos quedado en Las Vegas y haber conseguido el divorcio en seis semanas!
El señor Vázquez asintió.
—Sí, es cierto. Desgraciadamente, es demasiado fácil casarse en Las Vegas, pero no es tan fácil divorciarse, si no se vive allí. Si están interesados en casarse de nuevo, tendrán que revisar las leyes de los Estados Unidos. No las conozco bien.
—Yo no estoy interesada en volverme casar —replicó Miley con una sonrisa nerviosa—. Aunque no puedo decir lo mismo de mi marido. Él se ha comprometido con otra mujer, ¿sabe? Y está impaciente por volver con ella.
Nick se volvió y la miró con desaprobación.
—No creo que al señor Vázquez le interesen todos esos detalles, cariño.
Luis Vázquez sacudió la cabeza.
—En realidad sí, señor Spencer. Para solicitar el divorcio tendrán que alegar un motivo.
— ¿Un motivo? —preguntó Nick, concentrándose de nuevo en el abogado—. No queremos estar casados por más tiempo. ¿No es eso suficiente motivo?
— ¿Es que no se llevan bien? ¿Es un caso de diferencias irreconciliables?
—Es una forma de decirlo. Él es insoportable, testarudo y dictatorial. No me deja hacer nunca lo que quiero y siempre está dándome órdenes.
—Y ella es testaruda, desobediente e impertinente —replicó Nick—. Y no tiene ningún respeto por la institución matrimonial.
—Tú eres el que no tiene respeto —lo acusó Miley, levantándose y colocando las manos en las caderas.
Nick se levantó a su vez y se puso frente a ella.
— ¿Y eso qué se supone que quiere decir?
Ella colocó un dedo sobre el pecho de Nick para enfatizar sus palabras.
-----Tú me pediste que me casara contigo y lo hice. Y ahora, unos días después, quieres el divorcio.
—Estaba borracho cuando te lo pedí. Y tampoco he visto que te molestara mucho cuando sugerí que nos divorciáramos. Tú estás tan impaciente como yo para se acabe todo esto.
— ¡Pues a lo mejor no! —dijo Miley, cruzándose de brazos y levantando la barbilla—. ¡Quizá no quiera divorciarme!
Claramente sorprendido, Nick la miró durante unos segundos. Miley se puso derecha y luego se miró los pies. No había querido decir tal cosa. Aunque fuese verdad, se suponía que no tenía que decirlo en voz alta. Sus verdaderos sentimientos por Nick no era algo para discutir allí.
El señor Vázquez se aclaró la garganta.
—Me temo que si una de las partes se niega al divorcio, tendrán problemas para conseguirlo. Tendrán que pasar más tiempo en el juzgado —tomó algunos papeles—. Y ahora, ¿quieren continuar?
Nick tomó a Miley de la mano, pero ella la retiró como si le quemara.
— ¿Lo dices en serio? ¿No quieres divorciarte?
Lo cierto era que, cuanto más duraba su matrimonio, menos malo le parecía estar casada con Nick. Incluso los peores momentos estaban llenos de fuego y pasión. Le gustaba tanto discutir con él como besarlo. Nunca había tenido unos sentimientos tan fuertes por un hombre. Y en lo más profundo de su corazón, dudaba de que alguna vez volviera a sentirlos.
A Miley se le escapó un suspiro tembloroso y trató de reprimir las lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos.
—Yo... no quiero que nos divorciemos así.
— ¿Aquí en México?
Ella negó con la cabeza.
—Miley, si quieres algún tipo de acuerdo, podemos...
— ¡No! —gritó, sintiendo una rabia que borró sus lágrimas-*—. ¿Es eso lo que piensas? ¿Qué estoy tratando de conseguir dinero? —Nick levantó la mano para tranquilizarla, pero ella la retiró de un manotazo—. ¿Cómo te atreves? Nunca te he hablado de dinero y, si me ofrecieras un millón de dólares, te lo tiraría a la cara.
— ¿Un millón de dólares? —preguntó el señor Vázquez—. Oh, esto va a durar más de cuatro meses.
—No quiero ni un centavo de su dinero — insistió Miley con la mandíbula tensa.
Nick se acercó y la tomó por los hombros, obligándola a mirarlo a los ojos. Cuando sus miradas se encontraron, ella esperaba ver rabia y frustración, pero en lugar de ello encontró algo totalmente inesperado. Vio culpa y un brillo de esperanza. Y cariño verdadero.
—¿Entonces qué querías decir? —preguntó suavemente Nick.
Era su oportunidad. O en ese momento o nunca. Si creía que existía alguna posibilidad de que aquel matrimonio se salvara, tendría que hablar en ese momento. Dio un suspiro profundo, dispuesta a abrirle su corazón, pero conforme las palabras se iban uniendo en su mente, se iba dando cuenta de lo ridículo que era todo. De lo desesperada y patética que parecería.
Lo que había visto en los ojos de Nick no era amor. Si de verdad la amara, ¿por qué iba a ponerla en esa situación límite? ¿Por qué había pasado los últimos dos días pensando nada más que en llegar a México y poner fin cuanto antes a su matrimonio? Estaba viendo lo que quería ver, lo que sus fantasías necesitaban, no lo que la realidad le decía.
aaa me encanta que
ResponderEliminarojala que nick ya se este enamorando de ella si es que ya no lo esta
aaaaaaa
ResponderEliminarme encantooo
esta geniall
sube prontooo!!
ME ENCANTO , espero que Miley junte valor y le diga lo que siente :)) hermosa novela :D
ResponderEliminarcomo la dejas asi
ResponderEliminarq lo dija miley xq nick no da el primer paso
como en la vida real jaja
siguela pronto
cuidate bye
demaciado bueno
ResponderEliminarquede con ganas de mas
me emocione cuando se empezaron a confrontar jajajaja tan lindos los dos ...
ojala vuelvas pronto =P
saludos
aaawwwwwwwwwwwww!!!
ResponderEliminarel qap ezta de lo mejor!!!!!!!!!!!!!!!
Miley dizelo dizelo!!
grrrrrrrrrrrr!!!
dizelo!!!
xqe zi no lo pierdez
el te amaaaaa!!!!!!!!!!11
¬¬ sabes?
ResponderEliminares cruel dejarnos asi!
jajaja en serio!
no nos puedes dejar asiii!!!
mmm chik!
te espero por mi blog! :D!
kuidathe! :)
AME EL CAP!! muy bueno
ResponderEliminarme encanto, espero que Miley le diga todo *-* me encanta la novela, sigue pronto!! :D
aaahh sis me encanto el capi
ResponderEliminargeneal sis
ahhhh
D: Siguelaaaaaaa
ResponderEliminarporfaaaaaa