Miley no estaba segura de cuándo se había quedado dormida. Después de un rato, el paisaje, que tan hermoso le había parecido durante la primera hora, se había vuelto aburrido y monótono. La carretera era interminable y sólo algún pequeño pueblo o un grupo de caravanas
rompían la monotonía de vez en cuando. Ella había cerrado los ojos para evitar el aire seco y polvoriento que se metía en la cabina de la furgoneta. Cuando los volvió a abrir, iban por una calle estrecha llena de turistas y vendedores ambulantes con sombreros de paja y ropas de colores chillones.
Miley se incorporó en su asiento.
—¿Ya hemos llegado?
Nick la miró de reojo y esbozó una sonrisa.
—Has estado durmiendo mucho rato. Debías de estar cansada.
—Me imagino que sí. ¿Qué tal tú?
Nick se encogió de hombros.
—Me encantaría aparcar la furgoneta cuanto antes. Aquí conducen como si estuvieran locos.
La celebración del milenio en Tijuana no parecía haberse terminado, ni siquiera que fuera a terminar pronto. A pesar de que era domingo por la tarde, los turistas y nativos llenaban las calles bailando y gritando mientras evitaban con destreza los coches que pasaban. Como en Las Vegas, la ciudad entera emanaba un espíritu festivo. Había juerguistas por todas partes, que debían haber cruzado la frontera atraídos por las corridas de toros, las ferias y el tequila barato.
La influencia comercial americana y el encanto mexicano daba a Tijuana una atmósfera ligeramente exótica y ruidosa.
— ¿Sabes dónde vamos? —preguntó Miley.
Nick miró por la ventanilla y aparcó la furgoneta en la acera frente a un pequeño hotel.
—Aquí, al hotel Florencia. El guardia de la frontera me lo sugirió.
Miley se quedó mirando el hotel, un edificio liso de estuco pintado de color melocotón. Sus balcones eran de hierro forjado y había flores adornando la entrada.
—O sea, ¿que vamos a tener que pasar la noche aquí? —dijo Miley.
—Dudo que podamos conseguir el divorcio un domingo —replicó Nick.
Luego, saltó fuera de la furgoneta, agarró las bolsas de Miley del asiento trasero y fue a abrir su puerta. Las rodillas de Miley temblar ron ligeramente cuando Nick la agarró por la cintura y la condujo a la puerta del hotel.
La sencilla fachada no sugería un interior tan acogedor y pintoresco! Aunque era un hotel' viejo, estaba muy limpio y bien atendido. El recepcionista se apresuró a ayudarlos con el equipaje y luego les guió para que firmaran en el registro del hotel.
Para llegar a su habitación, tuvieron que atravesar una puerta doble y Miley soltó un suspiro profundo. El hotel estaba construido alrededor de un bonito patio interior, lleno de plantas exóticas. El ruido de la calle apenas llegaba hasta allí y Miley se fijó en un pequeño pájaro que, desde la rama de una palmera, cantaba una dulce melodía.
—Es precioso.
El recepcionista les explicó que la cena era de siete a nueve y que también servían un ligero desayuno por las mañanas. Su habitación estaba en la segunda planta.
Como el resto del hotel, la habitación era muy antigua. El suelo era de baldosas y estaba cubierto parcialmente por esteras de vistosos colores. Miley dejó sus bolsas al lado de la cama y se asomó al sencillo, pero bien equipado cuarto de baño. Cuando se dio la vuelta, Nick la estaba observando desde la puerta.
—Esto es precioso.
—Junto con la furgoneta, gané un poco de dinero ayer —declaró—. Creí que nos gustaría celebrar nuestra última noche de casados.
Miley sintió que el corazón le daba un vuelco al pensar que no pasaría más noches con él.
— ¿Y tenemos dinero para el divorcio?
—Voy a intentar vender el reloj. Eso debería ser suficiente.
Miley bajó la vista y miró su anillo. Luego, se lo quitó, ofreciéndoselo a Nick.
._-—Toma, también necesitaremos algo de dinero para volver a casa.
Nick vaciló unos segundos antes de tomarlo.
—Quizá sea mejor que lo haga cuanto antes.
—Yo... iré contigo —se ofreció ella.
—No, tú quédate aquí. Relájate, date un baño y duerme un poco más. Yo volveré antes de la cena —se dio la vuelta para irse, pero se giró hacia ella antes de salir—. No salgas sola —Le aconsejó—. Esta ciudad no es segura.
Miley asintió.
—No te preocupes. Me quedaré aquí.
Él esbozó una sonrisa ante su inhabitual sumisión y salió. Miley se quedó allí de pie, mirando la puerta un buen rato, preguntándose por qué de repente había surgido una especie de barrera entre ellos. Nick parecía aprensivo y tímido, casi temeroso de mirarla a los ojos.
Se miró la mano. Era extraño lo desmida que parecía sin el anillo. En pocos días, se había acostumbrado a llevarlo y la hacía sentirse como si estuviera casada de verdad, aunque las circunstancias que habían rodeado la boda hubieran sido tan extrañas. Pero ahora se había quitado el diamante y se sentía como si la unión entre ellos se hubiera roto irremediablemente.
Y no sabía cómo iba a poder olvidar a Nick, quizá si se concentraba en su trabajo en cuerpo y alma o se tomaba unas largas vacaciones, pudiera conseguirlo. Siempre podía empezar a salir con otro hombre. O quizá no volviera a salir con ninguno. De ese modo, no tendría que compararlos con Nick. Ocurriera lo que ocurriera, Miley no pensaba en su futuro con optimismo y eso se debía a que Nick Jonas no formaría parte de él.
—No lo amo —murmuró, cerrando los puños—. No, no puede ser —soltó un suspiro profundo—. No lo amaré.
Su mente voló a un futuro no muy lejano. Ella estaría leyendo el Tribuno con el café del desayuno y vería el anuncio de la boda de JONAS.
Quizá hubiera una foto de Demi y él. O quizá sería otra mujer la que sonreiría a su lado vestida de blanco, porque Miley no creía que Demi volviera con él.
De cualquier manera, él conseguiría a la esposa que siempre había deseado. Una esposa dulce y de reputación impecable. La señora Jonas, fuera quien fuera, llevaría una vida que giraría alrededor de la de su marido. Y tendrían hijos, por supuesto. Un chico, quizá dos, y una niña. Los niños serían encantadores y tendrían los ojos y la sonrisa de Nick.
Miley gimió suavemente y se apretó las sienes. ¡Era por eso por lo que le estaba costando tanto hacerse a la idea de divorciarse de él! Ella no tendría un futuro con Nick, nunca iría de la mano con él hacia el altar, ni tendría hijos suyos.
—Y ni siquiera quería casarme... —dijo, sentándose en la cama.
Primera en comentar wiii :) esta genial, qiero que sigas prontoo :D byeeee
ResponderEliminarPobre de Miley se nos enamoro hasta las patas
ResponderEliminary el Nicho nada de nada que dice lo que siente
why??????
Buen capitulo me gusto... aunque me da penita que ya valla a terminar.. la extrañare demaciado
saludos TKM
aaaaaaaaaw estan los dos ree enamorados lo se lo se jaja me encanta tu nove muy muy buena <3
ResponderEliminarespero el proximo cap!! :D
bye bye <3
q bonitooo cap
ResponderEliminarsiguela pronto
pobre miley pero algo cambiara esa noche
lo presiento jaja
cuidate bye
me encantoo !!!!!!
ResponderEliminarespero el otro
bye besos <3 <3 <3
D: quiero el otrooo!!
ResponderEliminary no quiero qe termineee u.u'
Hola muy lindo tu blog.. me re gusto y todas tu noves ya las leei en dos días :P jajaja me gusto el capi espero el próximo....
ResponderEliminarOwwwwwwwwwwwww!!
ResponderEliminarT.T
Pobre Miley
cuando noz enamoramoz
pff
muii difizil olvidar!!!
Te cuidaz!!!
Muxoteee!!!!
Y ezpero zubaz pronTo!!!
Bezoz!!!
xoxoxoxoxo