Bue ak les dejo una mini maratón... jeje y les dedico a mis princesas.. Tiff y Sarita.....
y también para mis lectoras hermosas q m lo pidieron... jeje las reee mil kiero y espero q les guste... :)
El taller de trajes de la Shakespeare Theatre Company estaba oscuro y silencioso cuando Miley llegó. Dejó las llaves sobre una mesa y repasó las perchas de los vestidos para El Mercader de Venecia, que iba a inaugurarse en febrero. Echó una ojeada a los dobladillos y costuras de los elaborados trajes que había diseñado ella misma para Portia.
Había dado unos días libres a sus costureras con la promesa de que tendrían que ir a trabajar algunas noches y algunos fines de semana para completar el trabajo. Todo estaría listo dos semanas antes del estreno.
Miley se sentó en una silla frente a la mesa de trabajo y hojeó un muestrario de telas. Había estado fuera solamente una semana, pero se
sentía extraña allí. Sólo se había quedado en San Francisco unos días. Le apetecía llegar a casa y descansar para olvidar todo lo que le había sucedido con Nick. Eso sí, todavía no tenía fuerzas para llamar a Demi.
Pero no podía olvidarse de él. No podía dejar de pensar en su boda en Las Vegas... y en el Happy Jackrabbit en Skull Creek... y en el pintoresco hotel de Tijuana. Y todos esos recuerdos se completaban con imágenes de Nick. Éste durmiendo en la cama redonda en la suite de High Rollers, sacándola del concurso de la camiseta mojada, tumbado desnudo junto a ella en el Hotel Florencia...
Había estado tan segura de que podría olvidarlo y seguir con su vida... hasta que se dio cuenta de que su amor por él no iba a desaparecer. Miley apoyó el mentón en la mano y garabateó el nombre de Nick en un cuaderno.
Nicholas Jonas. Nicholas Jonas. Señora de Nicholas Jonas. Miley Cyrus Jonas.
Gimió y arrancó la hoja del cuaderno de bocetos, tirándola a la papelera que estaba al otro extremo de la habitación. O sea, que amaba a Nick Jonas. No se había dado cuenta de cuánto ni con qué profundidad hasta que lo había dejado aquel día en Tijuana. La tentación de volver sobre sus pasos y abrazarse a él había sido demasiado fuerte. Pero, finalmente, había decidido apartarse de él y de aquel matrimonio.
Sólo que nada más poner distancia entre ellos, todo había empezado a cambiar. Las dudas comenzaron a aclararse, los obstáculos a hacerse menos firmes y comenzó a ver a Nick de otra manera y no como una amenaza a su felicidad. Nick la quería, había cuidado de ella y se había preocupado por su bienestar. Tenía que reconocer que nunca había sido tan feliz como durante aquellos días que había pasado con él.
Cada minuto y cada hora habían estado llenos de emoción y júbilo. Se había sentido llena de vida, como si sus días y sus noches fueran guiados únicamente por su corazón, haciendo pausas para tomar aire antes de arrojarse de nuevo a otra vivencia junto a él.
. Miley quería sentir de nuevo aquello, notar que contenía el aire cada vez que él entraba en la misma habitación que estaba ella, sentir que el corazón te latía más aprisa cuando la tocaba, olvidarse de todo cuando la besaba. Miley soltó un gemido y enterró el rostro entre las manos. De pronto, se sobresaltó al oír un golpe en la puerta del taller.
— ¿Miley?
Reconoció el suave acento de Dolores Ruiz, la recepcionista de la compañía.
—Ya he vuelto —gritó Miley.
Cuando Dolores apareció detrás del perchero, esbozó una sonrisa.
—Tienes visita —se apartó a Miley contuvo el aliento al ver que Nick entraba con paso decidido—. Les dejo solos.
Miley se levantó y se puso la mano en el pecho. Su corazón le latía a toda velocidad. Eso era justamente lo que quería sentir. Sentirse estúpida y con la cabeza ligera, como si estuviera flotando. Nick estaba increíblemente atractivo. Iba con traje y corbata y llevaba un abrigo de cachemira en el brazo. El pelo, bien peinado hacia atrás, revelaba sus bonitas facciones.
Aunque tenía un aspecto frío e inaccesible, Miley no pudo evitar recordar al hombre con el que había hecho el amor apasionadamente. Al hombre cálido y sexy que había encendido su sangre y su cuerpo de deseo. Quizá si se acercara, le quitara la corbata y le desabrochara despacio la camisa blanca, volviera a ser humano.
Tragó saliva y dejó a un lado sus pensamientos.
— ¿Qué estás haciendo aquí?
— ¿Por qué no me has llamado diciéndome que habías vuelto? Te he dejado varios mensajes en el contestador.
— ¿Cómo me has encontrado?
Nick dejó cuidadosamente el abrigo sobre uno de los percheros.
—Llamé al director de la compañía y le prometí una generosa donación si me decía cuándo volvías. Ordenaron a la señora Ruiz que me llamara en cuanto vinieras.
—¿Dolores te llamó? —Miley se sentó en la silla. ¡Qué típico! Usar el dinero para ganar amigos y contactos para espiarla—. Pues ya te puedes
ir. Tengo mucho trabajo y no tengo nada que hablar contigo.
Él dio un paso hacia delante.
—Tengo que decirte algo, Miley.
sube otro solo uno me estoy volviendo adicta a esta novela
ResponderEliminarahhhhhh
ResponderEliminarme encaanto graxias my sisterr
Que encantador :) me puse a leer dado que recien veo que subiste tantos de golpe jajaja , besos , hermoso capp,¿Que le va a decirrr?? jajaa
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