Miley. Miley Cyrus. La chica más guapa del
instituto. Era la nieta de la vecina de su abuela. Hacía años, él la había
ayudado con los deberes de álgebra solo para poder sentarse a su lado.
–¡Jerry! ¿Cariño? ¿Dónde estás?
Suave y dulce, su voz penetró en Nick
como la primera brisa de la primavera. Miró al pequeño.
–Supongo que tú eres Jerry.
El niño sonrió.
De pronto, el seto se movió y allí
estaba ella, con el pelo rubio recogido en una cola de caballo.
Durante los últimos quince años, Nick
había cambiado en casi todo. Ella, sin embargo, parecía haber quedado congelada
en el tiempo. Sus enormes ojos azules seguían brillando bajo densas pestañas.
Sus jugosos labios sonreían como si fuera lo más natural del mundo. Su piel
seguía teniendo el mismo aspecto cremoso y suave, igual que si fuera una
adolescente, aunque ya tenía treinta y tres años. Llevaba una camiseta azul y
pantalones cortos que acentuaban su pequeña cintura y sus bonitas caderas. Y
sus piernas eran tan perfectas como cuando había actuado como animadora del
equipo de fútbol del instituto de Newland.
Aquellos recuerdos hicieron que el
corazón se le acelerara a Nick. Se habían conocido porque sus abuelas habían
sido vecinas. Y, aunque ella había sido reina del baile casi todos los años y
jefa de las animadoras y él había sido el más marginado de los raritos, había
querido besarla desde que había tenido doce años.
Había estado loco por ella.
–¿Puedo ayudarlo? –preguntó ella,
mirándolo dubitativa.
No lo reconocía, adivinó él y sonrió.
Mucho mejor así.
–¿No me recuerdas?
–¿Debería?
–Bueno, gracias a mí, aprobaste álgebra.
Ella lo miró pensativa y, soltó un
gritito de sorpresa.
–¿Nick?
–En carne y hueso.
Miley posó los ojos en su chaqueta de
cuero, sus vaqueros y el casco que llevaba bajo el brazo. Frunció el ceño, como
si aquella imagen no concordara con la del chico flacucho y tímido del
instituto.
–¿Nick?
Él se quitó las gafas de sol, para que
pudiera verle la cara y rio.
–He cambiado un poco.
Cuando ella volvió a mirarlo de arriba
abajo, el cuerpo de él reaccionó igual que si fuera el adolescente enamorado de
hacía años y le subió la temperatura.
Entonces, Nick miró al pequeño y a Miley
de nuevo.
–¿Es tuyo?
–Sí –afirmó ella, revolviéndole el pelo
a Jerry.
–¡Mamá! ¡Mamá! –gritó una niña rubia,
corriendo hacia ella–. Desty me ha pegado –protestó, agarrándose a la pierna de
su madre.
Una niña morena apareció detrás de ella.
–¡No es verdad!
Nick arqueó las cejas. ¿Tenía tres
hijos?
–Estos son mis niños, Jerry, Destiny y Alena
Rose –dijo Miley, acariciándoles la cabeza a los tres con gesto cariñoso–. Son
trillizos.
–¿Trillizos? –preguntó él, boquiabierto.
–Sí.
Vaya.
–Tu marido debe de estar… –comenzó a
decir él, mientras un tropel de adjetivos se le venían a la mente: agotado, asustado,
saturado–… orgulloso.
AK EL SEGUNDO CAP CHICAS I PERDÓN X LA DEMORA SOLO Q TeNDRAN Q ESPERAR PORQUE MI TRAB NO M DA TIEMPO... :/ LAS KIERO
Siguelaaa :)
ResponderEliminarContinua muy buena la nove
ResponderEliminarSIGUELA PRONTO!
ResponderEliminarQue bonita la novela. Atte.Vanessa
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