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miércoles, 23 de marzo de 2011

NILEY ♥"En tu kma o en la mia?"♥ Cap 8



HOLIIISSS!!!! COMO ESTAN MIS CHICAS PERDON POR NO SUBIR ES Q TENGO UNOS DIAS MUY AJITADOS Q X ESA RAZON NO E PODIDO SUBIR EL CAP Nº 8.... GRACIAS X SUS COMENTARIOS LAS KIERO MUCHO Y ESPERO Q COMENTEN... :D UN BESOOO <3


Miley sonrió, satisfecha por la información. Al parecer, el enamoramiento había sido recíproco. Y aquello suponía una diferencia. ¿Por qué no cumplir las fantasías de ambos?
— ¿Y en qué más pensabas? —le preguntó, besándolo en el pecho.
Él presionó la boca contra su hombro y la mordisqueó ligeramente.
—Por aquel entonces no tenía mucha experiencia. Técnicamente aún era virgen. Pero me imaginaba cómo estarías desnuda —le subió la camiseta y la besó desde el vientre hasta la parte inferior de los pechos.
Miley se incorporó, sentándose a horcajadas sobre sus caderas, y se quitó la camiseta. Recordaba haber hecho lo mismo once años atrás. Pero entonces había estado tan nerviosa que el corazón casi se le había salido del pecho. Ahora, en cambio, el anhelo de sus caricias parecía lo más natural del mundo.
Nick sonrió y le tomó un pecho en su mano, acariciándole el pezón con el pulgar. Y entonces, de un solo movimiento, se incorporó para abrazarla por la cintura y empezó a besarle el cuello. Descendió por la clavícula hasta los pechos mientras le desabrochaba el sujetador, y finalmente se introdujo el pezón endurecido en la boca.
Ella se arqueó hacia atrás, conteniendo la respiración mientras él la hacía descender. Recordó lo fascinada que había estado siempre con su cuerpo, cómo admiraba sus cambios de verano en verano mientras él se convertía lentamente en un hombre. Y ahora estaba tan desesperada por tocarlo como lo había estado en su juventud. Le desabrochó frenéticamente los botones de la camisa y se la quitó por los hombros hasta que su pecho estuvo completamente desnudo.
Se retiró y lo miró fijamente mientras se quitaba el sujetador. Con los dedos recorrió lentamente la línea de vello que discurría desde la clavícula hasta el vientre. Su cuerpo estaba enteramente formado, con todos sus músculos desarrollados y bien torneados. Un cuerpo que cualquier mujer sabría apreciar.
Miley se inclinó para besarlo en el pecho y le succionó suavemente un pezón. Lo que empezó como una simple curiosidad se había transformado en una sensación deliciosamente íntima. Él soltó un débil gemido y murmuró su nombre, provocándole a Miley un estremecimiento por toda la piel y un nudo en la garganta.
— ¿Tienes frío? —le preguntó él.
—No —mintió ella.
Él se rió por lo bajo, volvió a agarrarla por la cintura y apretó los cuerpos en un cálido abrazo. Se besaron durante un largo rato, entrelazando las manos y las lenguas. Era todo lo que ella siempre había pensado, y aún más. No era sólo sexo. Era… confianza.
—Pasa la noche conmigo —le pidió él, presionando la frente contra la suya.
—Aquí no.
— ¿Dónde?
—En el hotel. Allí tendremos más intimidad.
— ¿Y qué pasa con Demi?
—Su habitación está en el segundo piso, y la mía está en el tercero. Hay una escalera trasera. Nadie te verá entrar.
Nick la besó en la frente con sus labios húmedos y cálidos.
— ¿No has hablado todavía con Demi? De la boda, me refiero.
Miley negó con la cabeza.
—No. Le dije que comería con ella mañana, pensando que así tendríamos tiempo para hablar.
— ¿Qué piensas de esta boda? ¿Crees que están preparados?
— ¡No! —Exclamó ella, apoyándose en el codo—. De ningún modo. Son muy jóvenes. Creía que era yo la única que albergaba dudas. Todo el mundo está tan entusiasmado con la unión de nuestras familias… Pero nadie se preocupa en pensar lo que podría pasar si el matrimonio no funciona.
—Estoy de acuerdo —corroboró Nick—. Creo que no están preparados.
Miley se cruzó de brazos sobre el pecho de Nick y lo miró a los ojos.
—Empezaste esa discusión entre ellos a propósito, ¿verdad?
—Alguien tiene que hacerlos entrar en razón —hizo una pausa antes de continuar—. Necesitamos un plan. Un esfuerzo coordinado entre nosotros dos. Si actuamos desde ambos lados, quizá podamos convencerlos para que esperen.
—No creo que estén dispuestos a esperar. Todo se está desarrollando muy rápidamente, y no querrían decepcionar a las familias.
Nick le apartó el pelo de la sien y le recorrió el rostro con la mirada.
—Esta tarde estuve hablando con Joe, y sólo está acatando los deseos de Demi.
Miley ahogó un gemido.
— ¿Crees que ella lo ha convencido para casarse?
—Es posible. Me cuesta creer que su verdadero deseo sea casarse. ¿Qué joven en su sano juicio querría atarse a una esposa con sólo veintiún años?
—Bueno, es él quien se lo ha pedido —observó Miley—. Si no quería casarse, ¿por qué se lo pidió?
—Seguramente lo presionó —sugirió Nick.
Miley se apartó y se incorporó, sorprendida por el comentario y dispuesta a defender a su hermana.
—Demi no haría eso.
—Sólo estoy diciendo que normalmente son las mujeres quienes más insisten a la hora de casarse.
— ¿Y tú cómo lo sabes? —le preguntó Miley—. ¿Últimamente te han convencido para casarte?
—Claro que no, aunque todas las mujeres que he conocido tenían el matrimonio en mente. Vamos, incluso tú pensabas en ello. Te preguntabas cómo sería si tú y yo… ya sabes.
Miley se levantó de la cama. ¡Casarse con Nick era lo último que se le pasaría por la cabeza! Y si pensaba que ella albergaba planes de futuro para él, estaba muy equivocado.
—Creo que todo esto ha sido un error —murmuró, recogiendo su camiseta y su sujetador del suelo.
—Vamos, Miley, no te enfades. No quería decir que…
—No, lo entiendo —le cortó ella, poniéndose la camiseta sobre la cabeza—. Diste por hecho que yo quería algo más que sexo —respiró hondo y se metió el sujetador en el bolsillo—. ¿Lo ves? Por eso no debemos hacerlo. A menos que tuviéramos las mismas razones, estaríamos abocados al desastre.
— ¿Lo dices en serio?
Miley agarró el jersey y también se lo puso.
—Tengo que irme.
Nick alargó un brazo para intentar detenerla, pero ella lo evitó.
—Miley, por favor. Sólo estaba bromeando. No lo decía en serio.
Ella sacudió la cabeza.
—Estoy de acuerdo con lo que has dicho de Demi y Joe. Son demasiado jóvenes. Tú y yo ni siquiera sabemos lo que queremos. ¿Cómo podrían saberlo ellos?
Nick consiguió agarrarla de la mano.
—Yo sé lo que quiero.
Ella bajó la mirada a sus dedos, tan fuertemente entrelazados que no podía distinguir una mano de otra. Tuvo que resistir la tentación de volver a desnudarse y olvidarse de sus miedos. Pero si se acostaba con Nick aquella noche, no habría vuelta atrás.

—Hablaré con Demi.
— ¿Cuándo volveré a verte? —le preguntó Nick.
—Vas a verme toda la semana.
—Sabes a lo que me refiero.
Miley se mordió el labio.
—No lo sé. Quizá deberíamos olvidarnos de esto. Sólo conseguiríamos complicar más las cosas.
—No creo que pueda olvidarlo —replicó él.
—Inténtalo, Nick —murmuró ella. Se fue hacia la puerta y se giró para mirarlo—. Inténtalo con todas tus fuerzas.
Nick tomó una curva cerrada en West Shore Road, aferrando en la mano la lista de la compra de su madre. Tenía que ir a probarse el esmoquin, y luego a comprar tres «buenos» pollos. No sabía lo que distinguía a un pollo bueno de uno malo, pero ya lo descubriría cuando llegara a la tienda.
El todoterreno patinó y Nick levantó el pie del acelerador. La noche anterior sólo había dormido un par de horas. El resto del tiempo lo había pasado dando vueltas en la cama, intentando averiguar cómo lo había fastidiado todo con Miley.
Tal vez las fuerzas del universo le estuvieran mandando un mensaje… No acercarse a Miley Cyrus. Pero aunque estuviera dispuesto a considerar la advertencia, su cuerpo se negaba a escuchar. Cada vez que estaba a tres metros de ella se perdía en otra fantasía sexual.
Aquélla era su penitencia por haber reprimido sus deseos durante tanto tiempo. Su necesidad por Miley no había dejado de crecer con los años, como el calor en una olla a presión, y amenazaba con estallar en cualquier momento. Quería besarla con toda su pasión contenida, arrancarle la ropa y deleitarse con los placeres de su cuerpo. Había esperado años para volver a estar con ella, y no podía esperar más.
Pero ¿podría ser únicamente sexo? ¿Sería capaz de acostarse con ella y luego alejarse, sin ningún tipo de compromiso? Desde el momento que la encontró a su lado en la cama había sentido… una conexión profundamente arraigada y fortalecida por el tiempo. El sexo con Miley tendría que significar algo más. Pero ¿qué?
Gimió y agarró con fuerza el volante.
—Es demasiado complicado —murmuró, repitiendo las palabras de Miley. Pero a él no le parecía en absoluto complicado. Al contrario. Seducir a Miley le parecía lo más natural que había hecho en su vida.
¿Cuánto tiempo había pasado buscando a una mujer como ella? Una mujer con la que pudiera sentirse cómodo y tranquilo. Una mujer que no se adaptara a sus deseos sólo por intentar agradarlo.
Lo había visto todo… La diosa del sexo, la amante ocasional, la esposa fiel, la madre perfecta. Todas habían intentado ser algo que no eran. Pero Miley no podía ocultarse detrás de ninguna fachada. Y aunque lo intentara, él podría ver a través de ella. Se conocían desde hacía demasiado tiempo.
—Tómatelo con calma —se obligó a sí mismo.
Había podido resistirse a sus encantos cuando era joven y mucho menos experimentado. No debería ser tan difícil hacerlo ahora.
Volvió a invadirlo la imagen de Miley, sentada a horcajadas sobre él, quitándose la camiseta. Apretó los dedos mientras recordaba el tacto de su carne, el sabor de su piel, el olor de sus cabellos… Respiró hondo e intentó borrar la imagen de su cabeza.
Entonces vio un coche delante de él y redujo la velocidad. Pero al acercarse vio que el sedán no se movía y que formaba un extraño ángulo en la carretera. El vehículo le parecía familiar… al igual que la figura que estaba de pie junto al parachoques delantero. Aparcó con cuidado y salió del todoterreno.
En cuanto Miley lo vio, se dio la vuelta y sacudió la cabeza.
—No lo digas —masculló.
— ¿Quién te enseñó a conducir? —se burló él.
—Tú, ¿recuerdas? —dijo ella, sonriendo a pesar de sí misma—. Me sacabas en aquel viejo Cutlass y no hacías más que gritarme.
—Has olvidado todo lo que te enseñé, pequeño saltamontes —dijo él, acariciándole la mejilla con un dedo. Reprimió el deseo de besarla y rodeó el coche para examinar la situación.
—No me enseñaste a conducir con hielo y nieve, si mal no recuerdo.
— ¿Y cómo piensas seguir tu camino? ¿Con fuerza de voluntad?
—Quizá podrías empujarme tú.
—No servirá de nada —dijo él, metiéndose las manos en los bolsillos para no tocarla. ¿Cómo había conseguido resistirse la noche de su decimoctavo cumpleaños?—. Harán falta dos o tres hombres para sacar el coche de la nieve. Puedo ir a casa y volver con una cadena, o avisar a Braison y a mis hermanos para espalar y empujar.
—Mi héroe —dijo Miley con una sonrisa burlona.
La sonrisa de Nick se esfumó. Apenas había pegado ojo y estaba cansado de aquel juego que se traían entre manos. ¿Por qué tenía que ser todo un desafío?
— ¿Tu héroe? Después de lo de anoche creía que ya no te gustaba.
Miley se encogió de hombros.
—Claro que me gustas. Eso no va a cambiar.
—No debería haber dicho esas cosas de tu hermana.
Ella suspiró y le tocó el brazo, como si quisiera asegurarse a sí misma que no había ningún problema entre ellos.
—Estoy tan preocupada como tú. Hoy voy a comer con mi hermana. Tenía la esperanza de hacerla reflexionar.
— ¿Sabes que aún no se han acostado?
Miley parpadeó con asombro.
— ¿Ah, no? ¿Los dos son vírgenes?
—No. Los dos han tenido sexo, pero no entre ellos. Lo están reservando para el matrimonio.
—Eso lo cambia todo —dijo Miley con ojos muy abiertos—. Quiero decir… Me parece una actitud encomiable, pero aun así me preocupa. El sexo es una parte fundamental en una relación. ¿Y si descubren que no son compatibles en la cama?
—Exacto —afirmó Nick—. Quizá tengamos que intervenir. Hablaremos con ellos y nos cercioraremos de que los dos saben dónde se están metiendo.
—Pero no tenemos ninguna autoridad moral en ese tema —dijo Miley—. Ninguno de nosotros ha estado casado. ¿Por qué habrían de escucharnos?
—Y tampoco hemos tenido sexo —añadió Nick—. Al menos, no entre nosotros.
—Bueno, pero tenemos más años y experiencia que ellos. Eso debería importar algo.
Nick lo pensó por un momento.
—Hemos crecido en el mismo ambiente que nuestros hermanos. Si el sexo fuera genial entre tú y yo, ¿no crees que también lo sería entre Joe y Demi?
— ¿Estas insinuando que nos acostemos y nos valgamos de la experiencia para impedir la boda? ¿Y si el sexo no fuera tan genial como dices?
—Oh, lo sería —le aseguró Nick—. Lo sé.
— ¿Cómo puedes saberlo?
—Por la forma en que me tocas. Y por la forma en que reaccionas a mi tacto. Sería genial. Tal vez Demi y Joe sientan lo mismo y por eso han decidido esperar.
Le puso una mano en la mejilla y le acarició el labio con el pulgar. Ella cerró los ojos y echó la cabeza hacia atrás, esperando el beso. Pero él se contuvo, aunque sólo fuera para demostrar lo evidente. Sólo tenía que tocarla para hacerla arder de deseo. Se inclinó hacia ella y la besó ligeramente en los labios.
— ¿Ves? —murmuró—. Basta con un beso para que te derritas.
Miley sonrió y lo miró a los ojos. Bajó la mano hasta su cintura y frotó los nudillos contra la cremallera de los vaqueros.
— ¿Y qué me dices de ti? Sólo tengo que tocarte para…
Nick gimió.
—Desde anoche sólo puedo pensar en acostarme contigo. Si supiera que tengo que esperar otro día para volver a tocarte, haría un agujero en el hielo y me tiraría de cabeza al lago.
—No hagas eso —dijo ella en tono jocoso—. El agua está tan fría que el miembro se te encogería a límites drásticos.
La carcajada de Nick resonó en los árboles.
— ¿Le hablas así a los demás hombres de tu vida?
—Ahora mismo, tú eres el único hombre de mi vida. Y es muy fácil hablar contigo —hizo una pausa—. Eres mi amigo más antiguo, Nick. A ti puedo decírtelo todo… Supongo que no me había dado cuenta hasta ahora. No nos hemos visto en seis años, y parece que nada haya cambiado. Y sin embargo, todo ha cambiado.
—Lo sé —dijo él—. Pero no todo ha cambiado a peor —volvió a besarla—. ¿Qué pasó anoche?
—No pude pegar ojo —admitió ella, apoyándose contra el capó del coche.
—Yo tampoco. Empiezo a pensar que nos iría mucho mejor si nos acostáramos —le puso las manos en la cintura y la miró fijamente a los ojos—. Sabes que no puedes vivir sin mí…







4 comentarios:

  1. me encantooooooooo esta wau :D
    espero que subas capi pronto
    tu nove es demasiado genial.

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  2. aaahh!!
    mee encaantooo
    espero pronto el siguiente capiii
    aaawww mmmme mata la curiosidad

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  3. Eztuvoo ermozizima!!!
    Hhahaha zube prontizimoo
    Hoy ze me dio por loz infinitovoz o qomo ze llamen ahahahhaha
    TrqD Cuidattteeeeeeeeeeeeeee!!!*
    XD

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  4. Me encanto el capi!! :D
    Me encanta sigue escribiendo!
    Espero que no te tardes mucho
    Dime, ¿De donde sacas las fotos Niley?
    Pasa por mi blog pofas!
    Cuidate besos

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