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domingo, 3 de abril de 2011

NILEY ♥"En tu kma o en la mia?"♥ Cap 12


Holisss ak les dejo el cap 12.. jejeje :D un beshooo espero q opinen...
jejeje 


—No entiendo por qué tenemos que irnos. Lo estaba pasando muy bien —se quejó Joe, arrastrando las palabras por toda la cerveza que había consumido.
Nick miró de reojo a su hermano. Nunca se hubiera imaginado que Joe disfrutase tanto de una noche así. Su intención había sido pasar una hora en el club y luego dirigirse a Tyler's para buscar a las chicas. Finalmente había convencido a Joe para que se despidiese de los encantos de Ashley Green y se preocupase por buscar a su novia.
Miley podía estar preocupada por su visita al club de striptease, pero él tenía muchos más motivos para preocuparse por ella. Él sabía cómo se sentía, pero ella era la que acababa de dejar a su novio y la que se había acostado con el hombre que intentaba seducirla. Le gustaba creer que Miley sólo tenía ojos para él, pero unas cuantas copas y un poco de atención masculina podían hacer estragos en la memoria de una chica.
—Sabes muy bien que esas chicas sólo estaban siendo amables contigo porque las estabas invitando a champán.
—Pero eran muy simpáticas —dijo Joe—. Especialmente Ashley. Va a reunirse con nosotros en Tyler's.
— ¿Has invitado a una bailarina de striptease? —preguntó Nick, sacudiendo la cabeza. La Operación Antiboda iba sobre ruedas. El encuentro entre la bailarina de striptease y la novia de Joe. Ninguna relación podría tolerar algo así.
—Ashley Green… ¿Crees que es su nombre verdadero?
Nick empezaba a sentirse un poco culpable, aunque era una preocupación absurda. Si su hermano era un ingenuo, no podía casarse tan pronto. Había ciertas cosas que un nombre necesitaba saber, y era obvio que la educación de Joe al respecto dejaba mucho que desear.
— ¿Has estado alguna vez en un club de striptease?
—Claro —murmuró Joe, apoyando la cabeza en la ventanilla—. Pero en ninguno donde las bailarinas fueran tan encantadoras. ¿Crees que a Demi le importaría si invitase a Ashley a la boda?
—No —respondió Nick—. Seguro que no le importaría. Y mamá también estaría encantada de conocerla. Quizá podría llevar ese pequeño conjunto que lucía esta noche.
—Me ha dicho que no quiere dedicarse a esto toda la vida. Quiere ser una animadora profesional. O una bailarina en Las Vegas.
—Por favor, dime que estás así por la cerveza —murmuró Nick.
—Sí, es la cerveza —dijo Joe—. Pero sé lo que digo.
Cuando Nick volvió a mirarlo, Joe se había quedado dormido. Tenía el rostro aplastado contra el cristal y su aliento empañaba un pequeño círculo. Nick tuvo que replantearse el sentido de aquel plan. Si se incluía el alcohol en la ecuación, todo podía empeorar a una velocidad vertiginosa. Y si se añadía una bailarina de striptease a la mezcla, el desastre estaba garantizado. ¿De verdad estaban listos Miley y él para soportar el cataclismo que se avecinaba? ¿Sería aquello una prueba verdadera, o era sólo un descarado intento de manipulación?
Llegaron a Tyler's Roadhouse y Nick aparcó en un extremo alejado del aparcamiento. Pero en vez de despertar a Joe, decidió entrar él solo para buscar a Miley y decirle que se olvidaran del plan. Habían llegado demasiado lejos. Era hora de volver a dejar todo el asunto en manos de Joe y Demi. No quería pasar el resto de la semana pensando en otra cosa que no fuera Miley.
Abrió con cuidado la puerta del todoterreno y la cerró sin hacer ruido. Fuera hacía frío, pero Joe podría sobrevivir cinco minutos, tiempo suficiente para buscar a Miley y Demi y convencerlas para que se fueran a casa.
Pagó la entrada en la puerta y se internó en la multitud, escudriñando el interior del local en busca de las hermanas Cyrus. No tardó en localizar a Demi en la pista de baile. Iba vestida con un atuendo sorprendentemente sexy: vaqueros ceñidos y una blusa semitransparente que dejaba ver la ropa interior.
Estaba bailando con un joven de aspecto desaliñado que llevaba una gorra de béisbol con la visera hacia atrás. Los dos reían y batían los brazos al ritmo de una canción de Bruce Springsteen. Nick siguió recorriendo la multitud con la mirada y vio a Miley de pie junto a la pista. Y entonces vio que estaba acompañada por Cody Linley.
Apretó fuertemente los puños. ¿Por qué aquel tipo podía sacarlo de sus casillas? Era evidente que entre Cody y Miley no había nada, pero a Nick nunca le había gustado competir por la atención de Miley, ni siquiera cuando eran crios. De adulto le gustaba aún menos.
Se abrió camino entre la gente y se detuvo junto a ella.
—Miley —gritó. Ella dio un respingo al oír su voz, pero cuando se volvió para mirar esbozó una sonrisa de alivio—. Hola, Linley —saludó al policía, asintiendo brevemente con la cabeza.
Cody sonrió.
—Deberíais llevaros a esa chica a casa —dijo, señalando a Demi con su botella de cerveza—. Creo que ya ha tenido suficiente.
— ¿Dónde está Joe? —preguntó Miley.
—En el coche. Durmiendo la mona —la tomó de la mano y tiró de ella hacia la salida. En la puerta, le echó una mirada a Cody Linley. El policía no parecía muy contento, pero no había intentado retener a Miley. Entonces miró a Demi—. Parece que se está divirtiendo demasiado.
Miley asintió.
—Es porque ha tomado demasiado tequila. Por la mañana no le parecerá tan divertido. Está bailando con un tipo llamado Robert. Parece inofensivo.
Salieron al frío aire nocturno y rodearon el edificio. Nick apretó a Miley contra la pared y la besó. No era una muestra de deseo o afecto. Necesitaba asegurarse de que nada había cambiado en las horas que habían estado separados. Cuando Miley respondió, se sintió invadido por una inmensa ola de alivio.
—Eso está mejor —murmuró. Deslizó las manos bajo su abrigo y le recorrió lentamente la piel desnuda hasta su trasero—. Estás muy cálida.
A Miley le castañeteaban los dientes.
—No por mucho tiempo. Mi coche está aparcado ahí —le tendió las llaves a Nick y los dos corrieron hacia el aparcamiento. Nick le hizo ocupar el asiento del pasajero, él se sentó al volante y arrancó el motor para encender la calefacción.
—Pasará un rato hasta que se caliente el coche.
—Empiezo a pensar que todo esto no ha sido buena idea —dijo Miley, frotándose las manos.
Nick le tomó los dedos y sopló sobre ellos.
—Yo también.
— ¿Qué nos hizo pensar que estábamos haciendo lo correcto?
—Tal vez estábamos volcando en Joe y Demi nuestros propios miedos al compromiso. Los dos parecen saber lo que hacen, mientras que nosotros no hemos tenido mucho éxito con las relaciones.
—Bueno, un poco sí —murmuró Miley, mirándose los dedos mientras Nick los besaba uno a uno—. Desde que hemos vuelto a casa, al menos.
Nick sonrió y se apretó sus manos contra el pecho.
—Sí. Un poco. Más que un poco, me atrevería a decir —le rodeó la cintura con la mano y tiró de ella. Se había pasado la noche mirando a mujeres desnudas y no había sentido la menor excitación. Pero en cuanto tocaba a Miley el pulso se le desbocaba y el deseo abrasaba sus venas—. ¿Crees que alguien se daría cuenta si pasamos al asiento trasero y nos quitamos la ropa? —murmuró—. La gente siempre hace el amor en los aparcamientos.
Miley se echó a reír.
— ¿No te parece que sería más sencillo si volviéramos al hotel?
—Sólo si me haces ese striptease que prometiste.
—De acuerdo —respondió ella—. Creo que podré hacerlo.
—Vamos a buscar a Demi. Los dejaremos a los dos en el hotel y veremos si eres capaz.
—Muy bien. Me gusta el plan.
Salieron del coche y corrieron hacia la puerta del local, pero entonces se encontraron con una pequeña multitud que se había congregado en el exterior.
— ¿Qué ocurre? —preguntó Nick.
—Una pelea —dijo una chica—. Un problema entre un chico y su novia con una stripper.
—Maldita sea —masculló Nick, volviéndose hacia Miley—. Quédate aquí. Enseguida vuelvo —en ese momento se oyó una sirena a lo lejos.
—Busca a Demi —gritó Miley—. Sácala de ahí antes de que la pase algo.
Nick consiguió entrar a duras penas en el local. El interior estaba completamente iluminado y casi se había vaciado de clientes. El grupo de música se rezagaba en el escenario, y había unas cuantas personas en la pista de baile. Demi y Joe estaban sentados en el suelo. Ashley tenía una mano en la nariz y discutía con Cody Linley, y el hombre que había estado bailando con Demi yacía bocabajo frente a ellos, con las manos en la entrepierna.
— ¿Qué está pasando aquí? —preguntó Nick, acercándose al grupo.
—Apártate —le advirtió Linley—. Todo está bajo control.
—Éstos son mi hermano y mi futura cuñada. Quiero llevármelos a casa.
Linley lo miró por encima del hombro y sacudió la cabeza.
—Tengo que detener a tu hermano y a su novia. Han empezado esta pelea. Asalto, embriaguez pública…
—Esto es un bar —dijo Nick—. Todo el mundo está ebrio.
—Puedes reunirte con ellos en la comisaría. Lo resolveremos todo allí.
—Vamos. No seas idiota, Linley. Nadie ha resultado herido.
— ¡Me ha mordido en la nariz! —gritó Ashley.
—Se chocó con mi codo —replicó Demi—. Estaba ayudando a Robert a levantarse, después de que Joe le hubiera dado una patada en los testículos, y ella se puso en medio.
—Yo no le di una patada —protestó Joe.
—Sí, tío, me la has dado —gimió Robert desde el suelo.
Joe se encogió de hombros.
—Fue un rodillazo, no una patada.
— ¿No puedo pagar una multa y olvidarnos de todo sin perder más tiempo? —preguntó Nick.
— ¿Qué pasa aquí? —todos se volvieron hacia Miley, quien se había unido al grupo con una expresión ceñuda.
—Voy a romper con Joe —anunció Demi—. No vamos a casarnos.
—No puedes romper conmigo —dijo Joe—. Porque yo ya había roto contigo.
—No tienes ninguna razón para romper conmigo —dijo Demi—. Sólo estaba bailando con Robert. No estaba bailando sobre él, como esa stripper hacía contigo.
—No soy una stripper —protestó Ashley—. Soy una bailarina exótica.
— ¡La has invitado a la boda! —gritó Demi—. A veces me pregunto si tienes algo de cerebro en tu cabeza.
—Y a veces yo me pregunto si tienes corazón —replicó Joe.
— ¡Ya basta! —gritó Linley—. Una palabra más y os encierro a todos.
— ¿Puedo irme ya? —preguntó Robert—. Tengo que llevar los instrumentos a la furgoneta. Soy miembro del grupo —se levantó lentamente, poniendo una mueca de dolor al enderezarse—. No voy a poner una denuncia.
—Yo tampoco —dijo Ashley. Se inclinó hacia Robert y le dedicó una cálida sonrisa—. ¿Dices que estás con el grupo? Adoro a los músicos.
Los dos se alejaron hacia el escenario, y el agente Linley se dispuso a seguirlos. Pero entonces se giró y señaló con el dedo a Demi y Joe.
—No os mováis de aquí —ordenó.
Nick miró de reojo a Miley y se encogió de hombros.
—Quizá deberías hablar con él. Creo que le gustas más que yo.
Observó cómo Miley intentaba razonar con Linley. No le hacía ninguna gracia encargarle aquella engorrosa tarea, pero estaba seguro de que no se marcharía con el policía.
Unos segundos después, Miley regresó con una sonrisa de satisfacción.
—Nos los podemos llevar a casa —murmuró—. Los dejará marchar si prometen no meterse en problemas mientras estén aquí.
— ¿Qué has tenido que prometerle tú a cambio? —le preguntó Nick.
—Nada. Sólo me está haciendo un favor.
Nick maldijo en voz baja y miró a Joe y a Demi.
—Les vendría bien pasar la noche en una celda.
Miley sacudió la cabeza y le tendió la mano a su hermana.
—Vamos. Salgamos de aquí. Me llevaré a Demi al hotel. Tú llévate a Joe.
Joe se puso en pie y se sacudió los vaqueros.
—Todo esto es culpa tuya —acusó a Nick—. Deberíamos habernos quedado en el club de striptease. Me lo estaba pasando muy bien.
Salieron juntos al aparcamiento. Joe y Demi iban callados y con expresión huraña, y Nick y Miley marchaban entre ellos.
— ¿Te veré después? —le preguntó Nick a Miley, cuando ésta se giró hacia su coche.
Ella asintió y se alejó, abrazando a Demi por los hombros. Joe miró cómo se alejaban con una enigmática expresión en el rostro.
—No vais a cancelar la boda, ¿verdad? —le preguntó Nick.
—Creo que sí —murmuró él, antes de girarse y echar a andar en dirección opuesta.
Ninguno de los dos habló en el camino a casa. Joe estaba sumido en sus pensamientos y Nick no quería entrometerse más. Miley y él habían conseguido su objetivo, pero se preguntaba si no habían llegado demasiado lejos.

Sus sentimientos por Miley eran cada vez más profundos, pero también muy frágiles. ¿Podrían sobrevivir a la primera crisis? Él sabía muy bien lo que sentía, pero no estaba tan seguro sobre los sentimientos de Miley. Ahora que se había enamorado de ella, se preguntaba si el riesgo merecía la pena. Perder a Miley por segunda vez sería mucho más difícil.




1 comentario:

  1. meee supeer encaantoo
    aaw pobre demi y joee
    no se van a casarr
    :(
    pobress jaja me dio risa como le dijo a ashley
    hahaha!!

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