"The son of the Greek magnate" Nueva nove NILEY Cap 8

hola mis lindas lectoras q ak les dejare tres cap de esta nove espero q les gustee.. jejeje las kierooo ;) 

Día 8: Lunes a mediodía

Medio dormida, Miley alargó una mano y tocó algo peludo y poco familiar. Cuando extendió los dedos, notó que era algo frío... ¿cuero?

Miley abrió los ojos, desconcertada, y se encontró con una vista sorprendente del despacho de Nick.

Un segundo después, lo vio a él, todo garbo y elegancia.

Miley se sentó en el sofá de cuero, abrigada por la manta de piel en la que seguía envuelta.

— ¿Pero qué hago...?

Nick se encogió de hombros.

—Te encontré dormida sobre tu mesa antes de comer. Intenté despertarte, pero estabas completamente agotada...

— ¡Deberías haberme despertado! —exclamó ella, sacudiendo la cabeza. Una cascada de rizos pelirrojos cayó entonces sobre sus hombros. Miley se apartó la manta y bajó los pies al suelo para buscar sus zapatos—. ¡Por favor! ¿Por qué me has traído aquí?

Nick frunció el ceño.

— ¿Y dónde podrías dormir mejor que aquí?

—Pero tienes que haberme traído en brazos... —protestó Miley—. ¿Quién se ha enterado?

—Nadie. Te traje aquí sin que me viera una sola alma —contestó Nick con una de aquellas carismáticas sonrisas que la dejaban sin aliento—. Miley, esta mañana tenías aspecto de no haber descansado nada.

—Da igual —protestó ella. Intentando apartarse del poder magnético de su mirada, Miley se pasó los dedos por el pelo—. Estoy hecha un asco...

—A mí me gusta tu pelo suelto... como solías llevarlo —dijo Nick, acercándose—. Es muy bonito. Muy natural. Puedo ver las mechas, los diversos tonos de rojo...

La proximidad del hombre hacía que se le pusiera la piel de gallina. Tenía la boca seca y el corazón acelerado. El ambiente estaba cargado de tensión. Miley sintió un estremecimiento, pero no se movió. Tomada por sorpresa, medio dormida, no había levantado las barreras y no podía resistir la fuerza de su atracción ni su propio deseo de que la tocara... por última vez.

Nick puso las manos sobre sus hombros.

—No me dedico a acosar sexualmente a mis empleadas. Así que tú eliges si quieres marcharte o no...

Miley tragó saliva.

—Yo...

—Pero si no te vas ahora, no hay marcha atrás —le advirtió Nick con voz ronca.

Cuando Miley miró los brillantes ojos del hombre, se dijo que tenía que ser un sueño, un sueño del que no quería despertarse. Él la tomó por la cintura para apretarla contra su cuerpo. “No estás soñando, Miley. Estás bien despierta”, le decía una vocecita.

Sin embargo, se oyó decir a sí misma:

—Solo un beso...

Nick enredó los dedos en su pelo, con un brillo de satisfacción en los ojos mientras admiraba el rostro femenino.

— ¿Estás regateando conmigo... o contigo misma?

No esperó una respuesta y, mientras Miley intentaba luchar contra sí misma, él puso su experta boca sobre los labios femeninos.

En aquel momento, debilitada por el anhelo, Miley se sintió como una polilla frente a una llama. Y Nick no la decepcionó.

Se quemaba de excitación y alegría, deseando, necesitando tocarlo, cerrar los dedos sobre su espeso y sedoso pelo, acariciar su arrogante cabeza oscura, poner las manos en sus pómulos altos, apretarlo con fuerza contra su pecho.

Abrazarlo con fuerza para no soltarlo jamás...

Nick levantó la cara.

—Son casi las seis. Cenaremos juntos... y hablaremos.

— ¿Casi las seis? —exclamó Miley, horrorizada, corriendo hacia la puerta.

¡La guardería cerraba a las cinco y media y llegaba tarde para buscar a Frankie!