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lunes, 7 de noviembre de 2011

" PoR eL PlAcEr De EsTaR cOnTiGo" Cap 5



Hola niñas ak les dejo el maratón de las noves!! espero q les guste!! un beso grande y perdon x la tardanza tuve unos problemitas!! :( las kiero mucho.. ;)
 Tambien espero que con el maraton comenten!! 6 x lo menos! y espero q les guste!! ;)

<3Ak comienza <3 ;) 




- Hola Miley, cuánto tiempo.
- Joe, quítame a esta basura del medio sino quieres ver un asesinato en directo -lo dijo con los ojos cerrados, esperando abrirlos y no verlo.
 - Miley, ¿Pero qué te pasa conmigo? ¿Tan amargada estás que quieres pero no puedes?
Enfurecida soltó el bolso en el suelo y se fue sobre él. Desequilibró el cuerpo de Nick y terminó en el suelo con cara de pánico. Joe agarró a Miley por las brazos y Nick retrocedió con las manos.
- ¡Suéltame que lo dejo tieso! -gritó Miley- ¡Me tienes harta!
- Miley ya -dijo Nick asustado- Estás como un cencerro para que te encierren. Olvídame.
- ¿Cómo? ¿Encima? ¡Pero si eres tú el que viene babeándome! Te odio, estúpido.
Cuando se hubo calmado y se hubieron quedado solos Joe y Miley, esta le contó todos los motivos por los que estaba tan enfadada con Nick.
- ¡Empezó a compararme con sus ... "nenas" según él. Me da asco. Y me dijo que no tenía sangre en las venas. ¿Tú te crees? El subnormal.
- Te estaría picando.
- Claro que no, lo decía completamente convencido. Veía en sus ojos la sombra de la burla -Joe rió- ¿Qué tiene tanta gracia?
- Eres muy melodramática. 
- Y tú no me comprendes
- Estás sacando las cosas de su sitio Miley. Sabes cómo es Nick... no deberías tomártelo todo tan a la tremenda.
- ¡Pero es que no le aguanto!
- ¿Y por qué has quedado para comer con él? ¿No será que lo que te desespera es que tú quieres que se muestre más caballeroso para que tú tengas un motivo por el que acostarte con él, y ese momento no llega? Si quieres hacerlo, hazlo.
- Me sentiría como una golfa
- ¿Por qué? Todas las chicas hacen eso... Chelsea por ejemplo lo hizo.
- ¿Cómo? ¿Por qué no me has contado nada?
- Te llamé para decírtelo pero se dio esta situación y tenías que desahogarte.
- Oh lo siento -le abrazó- Soy una egoísta, perdóname. A ver, cuenta. Aquí está Miley para ayudarte
- No hay mucho que contar. Realmente yo ya lo sabía de hacía algún tiempo, pero hoy me dio por mirar los mensajes de su móvil mientras dormía y... sorpresa.
- Entonces... ¿Cómo te encuentras?
- Ahora mismo bien. Temo la hora de ir a dormir.
- ¿Quieres pasarte por casa y vemos algunas películas? Preparo la cena y te quedas, así te distraigo.
- Es una opción.
- ¿Entonces qué dices?
- ¿Mañana no tengo que hacer nada muy importante verdad?
- Que yo sepa no, nadie me ha dicho que elija vestuario.
- Pues esta noche quedada en tu casa. ¿Llevo algo?
- No hace falta. ¡Te invito yo!
Aquella noche Miley recibió a Joe en casa y pasaron horas y horas jugando al Trivial junto con dos vecinas de Miley. Ambas eran hermanas y no pasaban los quince años. Habían visto a Miley en la entrada y entablaron una divertida conversación entre las tres. Una cosa llevó a la otra y Miley terminó invitándolas a cenar en casa. Joe no se había sentido molesto en ningún momento, al contrario, se alegró de que hubiera más gente, así sería más amena la velada. Sobre las dos de la mañana Lia y Debby, se marcharon para ir a dormir a casa ya que su madre había aparecido en la puerta para buscarlas. Joe, se vio presionado por Miley para que se quedara a dormir allí y finalmente se quedó.
A la mañana siguiente nada más levantarse Joe, despertó a Miley y se despidió de ella con un tierno beso de amigos en la mejilla. Miley, ya desvelada completamente, se duchó y recogió algo el salón. Las cajas de varias pizzas fueron al cubo de la basura y los vasos y platos sucios directamente al lavavajillas. Cuando se disponía a salir para ir a su trabajo como cada mañana, un improvisto le chafó los planes de un mes.
- Pero... me es imposible ahora. Tengo varios proyectos en la otra empresa -suspiró- Bueno, está bien. Como usted diga. Iré a recoger el book y lo llevaré a sastrería. Perfecto. De nada - finalizó con una sonrisa fingida y pulsó el botón rojo del móvil- Lo que me faltaba, este me va a fastidiar mi mes sabático.
Cogió la chaqueta y algo resignada fue bajando las escaleras no sin antes comprobar que todo en casa estaba en perfecto orden. No pudo replicarle al manager de Nick, lo más fácil hubiera sido despedirse ella misma de estar con él pero en el fondo quería seguir allí. Llamó sin esperar más a su otro trabajo y enseguida comprendieron todo, ella había entrado allí poniendo aquellas condiciones y se las habían aceptado.
Condujo con su coche con mucha tranquilidad, aunque cuando miró el reloj y vio la hora que era, aceleró. Pronto estaría recogiendo aquel book para que se lo prepararan. Tras esto de nuevo cogió el coche y llegó a la sastrería. Allí se llevó una sorpresa, ya lo tenían preparado y... ella solita pudo adivinar que la siguiente parada sería ver a Nick. Fuese en el lugar que fuese. Lo más probable es que fuera su casa. Lo llamó de mala gana para decirle que iba para darle alguna ropa nueva. Él no lo cogía y se presentó en su puerta. Miley comenzó a llamar al timbre pero allí nadie le abría. No podría estar en otro sitio a esas horas. Siguió pulsando el botón, hasta que llegó un momento en el que no apartó el dedo y el timbre permaneció más de treinta segundos sonando. Finalmente Nick le abrió, con los ojos casi cerrados, semidesnudo y despeinado.
- ¿Qué, qué haces a estas horas aquí?
- Trabajar. Apártate -le dio un empujón y entró- ¿Qué estabas haciendo eh?
- Dormir como cualquier persona a estas horas -cerró la puerta- ¿Tú no duermes? ¿O es que eres vampira?
- Si fuera vampira te habría hecho desaparecer de la faz de la tierra. Vamos, tengo que medirte esta ropa.
- ¿Tiene que ser ahora?
- Si quieres la dejo aquí, lo que te sirva te lo pones y lo que no también. Necesito hacer mi trabajo y tú no quieres dejarme.
- Bueno... -dijo frotándose los ojos- deja que me dé una ducha al menos...
- Que sea rapidito. Mi vida no gira a tu alrededor. Tengo cosas más importantes que hacer que quedarme aquí, invadiendo tu estúpido espacio vital.
- No toques nada, sé lo que tengo. Como me falte algo sabré que has sido tú -desaparecía por el pasillo.
- Si quisiera robar no vendría aquí. No tienes más que mierda.


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