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martes, 21 de junio de 2011

" Broken Rules " Niley Cap 1


holiisss  chicas ak les dejo el primer cap d la nove... jeje espero q les gusteee un beso grandee y espero  q m denjen sus opiniones acerk del cap o la novee... jejeje las re kieroun beso muy grandeee... bye cuidensen.. :D


Nick dio un trago a su cerveza y dejó la botella de cuello largo encima de la mesa de roble de la cocina. Hizo una mueca. Sabía repugnante y tampoco olía demasiado bien, pero aquello formaba parte del ritual.
—Maldita sea, Bud, es la tercera en los dos últimos meses.
Su cita de la noche anterior tampoco había llegado a nada. Él había estado demasiado ocupado intentando controlarse para no salir detrás de Miley y del tipo de la Harley.
Llevaba preocupándose por Miley Cyrus desde que tenía memoria. Demasiado tiempo como para soportar ver a un tipo vestido con chaqueta de cuero poniéndole las manos encima tan tranquilamente.
Bud no contestó, pero Nick no se ofendió. Miró fijamente a los ojos brillantes y comprensivos de su nuevo amigo.
—Supongo que me entiendes. A ti también te han dejado.
Bud se limpió la cara y miró en silencio a Nick. Éste sacudió la cabeza.
—Mujeres. ¿Quién las entiende? Incluso Miley es últimamente como un puzzle al que le falta una pieza. Tenías que haber visto el tipejo con el que estaba anoche.
Nick se ponía enfermo sólo de pensar en aquel aspirante a motero de cuello ancho y cubierto de cuero. Sabía que Miley había pasado por una crisis emocional desde que su padre le había vendido a Nick el rancho de la familia, pero nunca imaginó que llegaría tan lejos. Ella no pertenecía al mundo de los ranchos de ganado y, a esas alturas, debería haberlo comprendido.
Si el comportamiento que estaba teniendo últimamente era algo temporal, era evidente que todavía no había pasado.
Nick apartó la jaula del hámster para poder poner los pies encima de la mesa. Era el mueble más antiguo que había en la casa, llevaba cuatro generaciones en la familia Jonas. Sorprendentemente, había sobrevivido a los intentos de su abuela, su madre y su madrastra de cambiar la decoración.
Miró a Bud y suspiró.
Un hombre que hablaba con un hámster no tenía derecho a criticar con quién salía su mejor amiga. Aunque hasta un hámster hubiese sido mejor compañía que el tipo con el que había estado Miley la noche anterior.
Nick se levantó y dejó la botella vacía en la encimera. No podía guardar el equilibrio y aquella era una sensación que no le gustaba. Miley lo tenía bien atado, y eso que ni siquiera era su novio. Pero él experimentaba el mismo sentido de la posesión que si ella se apellidase Jonas. Le habría gustado poder verla como a una hermana.
Dirigió la mirada hacia la ventana que había encima del fregadero. Observó su reflejo. Unos ojos marrones indignados le devolvieron la mirada. Llevaba el pelo casi negro demasiado largo y le rozaba con el cuello de la camisa. Por una vez, tenía el aspecto de un ranchero, lo que era. Pasaba la mayor parte del tiempo vestido con traje, supervisando el conglomerado de empresas Jonas; pero en su corazón, era tan ranchero como lo había sido su abuelo español.
Jerry Jonas había abandonado sus raíces aristocráticas y su país natal para buscar una nueva vida y las siguientes generaciones de la familia habían ido agregando sus esfuerzos.
Nick sabía que él más que nadie había hecho crecer el imperio Jonas, aunque no se comportase por ello de manera presuntuosa.
Su padre era millonario y él, multimillonario. Al contrario que otras familias ricas y famosas, que tenían casas de invierno por la zona, su familia había echado raíces en aquella pequeña ciudad. Él prefería la tranquilidad de aquel lugar, en vez de la gran ciudad. No obstante, tenía que pasar mucho tiempo allí por cuestiones de trabajo. De hecho, tenía previsto un viaje de negocios próximamente del que no podría librarse. Quizá le viniese bien. Necesitaba apartarse de Miley antes de que hiciese algo que luego pudiese lamentar. La deseaba, pero su padre tenía un dicho con mucho sentido: «No orines en tu propio jardín, o estropearás el césped y te mancharás las botas».
Ceder ante el deseo que sentía por Miley sería una estupidez, y Nick Jonas no era un estúpido.
Se dio media vuelta y volvió a mirar la jaula de Bud. Abrió la puerta, metió la mano dentro y sacó al hámster. La pequeña bola de pelo empezó a subírsele por el brazo.
—¿Sabes cuál es mi problema?
El animal no se detuvo en su ascenso para responderle.
—Necesito sexo.
No lo ayudaba decirlo en voz alta, como tampoco le hacía ningún bien pensar que el tipo con el que había salido Miley la noche anterior probablemente sí estuviese satisfecho en ese aspecto.
El hámster cambió de dirección para cruzar por el pecho de Nick, ajeno a sus problemas. Al fin y al cabo, el pequeño roedor también se había sentido aislado.
Nick acarició al animal, que estaba hecho un ovillo cerca del bolsillo de su camisa.
—No te preocupes, Bud. Miley cuidará de ti.
Nunca olvidaría la mirada de Miley el día que se habían conocido. La había salvado de un gato montés. Ella, que por entonces era una niña de seis años, se había alejado intentando salvar a su vaca favorita, Flor, de una venta de ganado. Su padre se había puesto furioso, pero había accedido a regañadientes a venderle la vaca a Nick en vez de a un desconocido.
Con once años, Nick se había gastado el dinero que había estado ahorrando para comprarse un coche de madera en esa vaca. Había aprendido la lección y, desde entonces, siempre se había preocupado por Miley.
Devolvió al hámster a su caja y oyó que abrían la puerta trasera de la casa. Miley apareció en la cocina con una ráfaga de aire frío y nieve. Nick no se había dado cuenta de que estuviese nevando.
Frunció el ceño.
—Deberías haber venido mañana. Que tengas un todoterreno no es motivo suficiente para arriesgarte a venir con la nieve.
Miley se quitó el gorro, dejando a la vista su sedoso pelo castaño. El ridículo pompón del gorro rebotó contra la encimera.
—No he venido en mi coche —dijo quitándose un guante con los dientes; estaba tiritando—. Está en el taller. He tomado prestado el coche de mi casera —volvió a tiritar—. La calefacción no funciona.
Nick le agarró la mano y le quitó el otro guante.
—¿En qué estabas pensando? Podías haberte congelado por el camino.
Casi se había congelado. Tenía la pequeña mano como un carámbano. Nick la tomó entre sus grandes y calientes manos y disfrutó de su olor a primavera. Siempre olía así, incluso en invierno.
—Cielo, necesitas quien te cuide.
Miley le sonrió y sus ojos color verdeazulados brillaron.
—Ya tengo quien me cuide. Tú.
Él no le devolvió la sonrisa.
—Pues parece que no lo estoy haciendo demasiado bien, niña, si permito que vayas por ahí en un coche estropeado.
No permitiría que volviese a casa en aquel coche sin calefacción.
Ella retiró la mano y empezó a desabrocharse el abrigo. Le temblaban los dedos.
—No soy una niña, y el coche no está estropeado, es sólo la calefacción. ¿Qué era eso tan urgente?
Nick levantó la jaula del hámster.
—Esto.
Miley entrecerró los ojos y se cruzó de brazos. Sus pechos se marcaron a través del jersey de punto que llevaba puesto.
—No.
Ignorando la reacción de su cuerpo ante aquel estímulo, Nick se obligó a mirarla a la cara.
Ella dio con los pies en el suelo, que se llenó de nieve.
— ¿Me has oído? No pienso hacerme cargo de él.
Nick abrió la jaula y sacó al hámster. Alargó la mano hacia ella.
—Mira esos ojos pequeños y tristes. Ya lo ha rechazado una mujer. No puedes hacerle eso.
Ella no tomó el animal, guardó silencio, desafiante.
—Era un regalo para la hija de mi capataz, junto con otro hámster. El vendedor me dijo que eran dos hembras.
—Pero no lo eran, y tu capataz no quería que se reprodujesen y tener un montón de animalitos corriendo por la casa…
Él asintió.
—La pequeña Sheila tuvo que elegir entre los dos. Y eligió a la hembra.
Miley se soltó la larga melena castaña, se la peinó con los dedos y volvió a sujetársela con un pasador. Nick reconoció aquel gesto. Estaba pensándoselo. Ella lo miró, su expresión era indescifrable, y luego miró al hámster. Alargó la mano para tomar a Bud y lo abrazó contra su pecho.
«Ese pecho redondo y alto», pensó Nick apretando los dientes. No había empezado a fijarse en los atributos femeninos de Miley hasta el verano en que ésta había cumplido diecinueve años, pero últimamente sus hormonas se volvían locas cuando la tenía cerca. Definitivamente, necesitaba dar rienda suela a su libido.
— ¿Cómo se llama?
Bud.
— ¿Por qué no lo devolvieron a la tienda de animales?
—Lo intentaron, pero el dueño no quiso quedárselo con las crías.
— ¿Ya tenían crías?
—Sí. Así fue como se dieron cuenta de que no eran dos hembras.
Miley levantó las cejas.
— ¿Y no podían haberse dado cuenta antes?
—Supongo que no.
— ¿Por qué no te lo quedas tú?
—Sé realista. Los animales pequeños y peludos son cosa tuya. No tengo tiempo para mascotas. Ni siquiera para un hámster. Además, tengo que marcharme mañana, es un viaje de negocios.
— ¿Así que no habría podido venir mañana?
—No pero si hubiese sabido que ibas a arriesgar tu vida por venir, habría ido yo a verte.
—Con Bud, por supuesto.
Él no se molestó en contestar.
Miley echó un vistazo a la cocina, otro indicador de que estaba reflexionando. Su mirada se detuvo en la botella de cerveza vacía.
— ¿Han vuelto a dejarte?
—Parece alegrarte.
— ¿La mujer de anoche? ¿Samantha?
—Sí.
Miley sonrió.
—Supongo que se ofendió por haber compartido la noche con nosotros en el último minuto.
Había dado en el clavo, pero Nick no quería decírselo. Se limitó a encogerse de hombros.
Ella rió.
—No hacía falta que vinierais con Avan y conmigo. Debajo de todo ese cuero, es un cielo.
— ¿A pesar de llevar tatuajes de mujeres desnudas y encadenadas en los bíceps?
—Se hizo ese tatuaje hace mucho tiempo, cuando era más joven, no deberías juzgar a un hombre por los caprichos de su juventud.
Nick no pudo evitarlo. Rió. Era normal ver a Miley saliendo en defensa de un gatito abandonado. Pero no tenía sentido que protegiese la reputación del tipo con el que había salido la noche anterior. A él le había parecido que no era de los que necesitaban que nadie los protegiese, mucho menos Miley. Por eso había insistido en unirse a ellos, porque no le había gustado cómo el otro hombre miraba a Miley.
— ¿Vas a volver a salir con él?
Ella se encogió de hombros.
—No lo sé. Tal vez.
—Venga, niña. No es tu tipo.
Ella lo miró, y algo en sus ojos hizo que Nick se pusiese tenso.
—Entonces, ¿cuál es mi tipo, Nick?
—En cualquier caso, no el payaso de anoche.
Ella se acercó a la mesa y dejó a Bud en la jaula.
—Se llama Avan.
—Me da igual cómo se llame. No te conviene.
—Ya. De acuerdo contigo, ninguno de los chicos con los que he salido desde que tenía dieciséis años me convenía.
Nick sabía que era una batalla perdida. Miley podía salir con quien quisiera, aunque lo volviese loco con ello.
Ella agarró su abrigo. Se lo puso y se colocó también el gorro y los guantes.
—No me apetece discutir acerca de esto. Tengo que recortar cuarenta campanitas amarillas para el proyecto de manualidades de mañana. Debo volver a casa.
Nick buscó las llaves de su coche del cajón de al lado del fregadero.
—Llévate mi coche. Supongo que no querrás que Bud se congele.
Ella consideró su sugerencia en silencio. Nick estaba seguro de que estaba debatiéndose entre su deseo de independencia y su preocupación por el hámster.
— ¿Y el coche de mi casera?
—Yo os seguiré con él y luego me volveré con el mío.
—Vas a pasar frío. Y la señora Givens no va a necesitar el coche. Es de su hijo, que está en la universidad. Ya lo traerás cuando vuelvas de tu viaje. Supongo que vuelas mañana por la mañana.
—Sí.
—Puedes mandar a uno de tus hombres mañana a que haga el intercambio de coches.
—Ya veremos —contestó él sin comprometerse, sabiendo que no lo haría. Prefería que Miley se quedase con su coche hasta que él volviese; para entonces, el de ella ya estaría arreglado. No obstante tuvo cuidado de no mostrar la satisfacción que sentía.



6 comentarios:

  1. me encanto
    por fin me deja comentar el blog
    ya llevaba semmanas sin que me dejara comentar
    saludos me encanto la nueva nove...
    como todas las que has hecho saludos
    Xo

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  2. aaaah!!
    ya kiiiero el siguiente!!!
    en serio k ya me piñe y apenas es el primer cap!
    jaja :)
    ya kiiiero el siguiente en serio girl!
    kuidathe! ;)
    TKM!!

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  3. Está interesante! ;) Síguela pronto. ^^ ME ENCANTÓ! :D

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  4. Oww sis me encantooo el capii geneall ahhh super interesanthe esperooo proontho el siguienthe no tardes corazoon extraño platikar contiiigoo t e extrañoo muchooo :(

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  5. me encanto, parece super intersanteee, espero el próximo con ansias de verdad, me re gusto :) bueno besitos que estes bien :)

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  6. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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