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domingo, 6 de febrero de 2011

Novela " Jemy " Cap 11 Final



Para cuando Demi había salido del abrevadero, chorreando y maldiciendo, Joe se había alejado a grandes zancadas, y de un humor de perros, un par de peones lo habían presenciado todo, y estaban observándola al borde de la risa Demi les lanzó una mirada furibunda, pero aquello no evitó que su dignidad se viera seriamente resentida cuando los oyó reírse a carcajada limpia mientras se dirigía hacia la casa.
Cuando entró, se encontró con Bella, pero se negó a darle ninguna explicación, sino que subió directamente a ducharse y cambiarse antes de que nadie más pudiera reírse de ella. Después, volvió a bajar, entró en el despacho y, sin sentarse siquiera, descolgó el teléfono y marcó el número de su tío.
—Dimito, quiero dejar de dirigir este rancho —le soltó sin más preámbulos— me da igual perder la herencia de mi familia ¡no pienso permanecer más tiempo en el mismo lugar que ese capataz que me has mandado!
El tío Ted esbozó una sonrisa divertida al otro lado de la línea. Aquello era un cambio, para variar: ¡su sobrina, que no dejaba siquiera que los hombres se le acercaran, estaba furiosa con uno! había sido una gran idea mandar allí a Joe Deleasa.
—Vamos, vamos... —trató de calmarla— no puedo dejar que tires tu herencia por la ventana, Demi. Lo siento, pero me temo que tendrás que quedarte y solucionar las cosas— ¡pero es que no puedo! —Gimoteó desesperada— escucha, firmaré todo lo que tenga que firmar y...
—no, es mi última palabra —y le colgó.
 Demi se quedó observando el auricular como si le hubieran salido antenas. ¡No podía hacerle aquello! lo colgó con furia y se quedó mirándolo fijamente, con los puños cerrados y temblando por la ira.
— ¡te odio! —Le gritó al teléfono— ¡eres un machista asqueroso, y solo porque eres rico te crees que tienes derecho a dirigir las vidas de la gente como si fueran marionetas!
Taylor, que pasaba en ese momento por el pasillo, se quedó observándola con los ojos como platos.
— ¡no lo quiero aquí! —Seguía gritándole Demi al inocente aparato— ¡nunca lo quise aquí! ¡Y no entiendo por qué no me das una oportunidad para intentar solucionar las cosas a mi manera! ¡Este es mi rancho! ¡Quiero que se vuelva a Texas, porque, si no lo
hace, seré yo la que me vaya! ¡Lo odio, y te odio a ti, y odio a Taylor también!
— ¿no se enteraría mejor tu tío si descolgaras el teléfono y lo llamaras?
Demi se giró en redondo, y se puso pálida al ver a Taylor, pero rápidamente se repuso y la miró furibunda.
—perdona que no te haya felicitado todavía en cuanto pueda iré a comprarte un regalo de bodas.
—Qué amable por tu parte —murmuró Taylor con una sonrisa burlona— es tan guapo... no puedo creer que esté enamorado de mí.
Demi dejó escapar lo que sonó como el maullido de un gato furioso.
—Yo también te quiero, Demi—sonrió Taylor— vamos a ser una gran familia feliz.
— ¡no cuentes conmigo! —le espetó Demi llorosa— ¡me voy de aquí, ahora mismo!
— ¿que te vas?, ¿dónde?
—n...no lo sé... ¡y no me importa! —le gritó Demi hipando— ¡oh, Taylor!, ¿cómo has podido?
— Demi, por dios, mírate...
—me da igual el aspecto que tenga.
—Ven aquí —le dijo Taylor secándole la cara con un pañuelo inmaculado— dime, ¿qué sientes por Joe?
—lo... ¡lo quiero! —gimió Demi prorrumpiendo en sollozos de nuevo.
— ¿en serio? ¿Lo quieres de verdad? —dijo Taylor sonriendo.
—Sí —asintió Demi contrariada.
¿Qué clase de conversación estúpida era aquella? ¿Tan cruel podía llegar a ser Taylor como para burlarse de ella en esos momentos?
—pero crees que es la clase de hombre que juega con una mujer al tiempo que coquetea con otra, ¿no es así?
Demi parpadeó.
—bueno... no, la verdad es que no lo creo, es bastante anticuado en ese sentido — admitió.
Taylor asintió con la cabeza.
—exacto, vas muy bien querida, sigue por ese camino.
Demi frunció el entrecejo, comprendiendo a qué se refería.
—Si se fuera a casar contigo, me lo habría dicho él mismo... —aventuró— no habría dejado que me enterara por accidente, por otra persona.
—sí, ¿y?
Demi dejó escapar un suspiro.
—nunca coquetearía con una mujer inocente... a menos que estuviera interesado en ella, interesado de verdad.
Taylor la recompensó con otra sonrisa.
—y tú ibas a ganar al tío Ted en cabezonería, y huir.
Demi se secó las lágrimas.
—me he comportado como una idiota ¿verdad? es que... estaba asustada, ¿sabes, Taylor?
—todos nos asustamos ante la idea de un compromiso, Demi, incluso cuando amamos muchísimo a la otra persona —se acercó a Demi y la tomó por los hombros— voy a casarme con Cody ¿querrás ser mi dama de honor?
Demi prorrumpió en risas de felicidad.
— ¡oh, Taylor, claro que quiero! —Dijo abrazándola, riendo y llorando al mismo tiempo—. Siento tanto todo lo que dije antes... pero es que estaba tan celosa... tenía el corazón destrozado.
— ¿sabes qué te vendría bien? —Le dijo Taylor con un guiño— un paseo... cerca de los rediles del ganado, creo que el paisaje allí es algo impresionante.
Demi sonrió y enrojeció ligeramente.
— iré, pero necesito que me hagas un favor: ¿podrías prestarme un vestido que sea muy femenino?, algo adecuado para seducir a un hombre.
 Taylor se rió.
—ya lo creo que sí, ven, creo que tengo justo lo que buscas.
Era verdaderamente un vestido de ensueño, de un verde pastel, con una falda vaporosa y mangas abullonadas. Demi se sentía como una adolescente, nerviosa e impaciente, mientras Taylor le arreglaba el cabello, la maquillaba ligeramente y le ponía unas gotas de perfume.
Más segura que nunca de sí misma, Demi se dirigió a los rediles del ganado. El camino se le hizo larguísimo, y cuando al fin llegó allí, había apretado tanto el paso, que
estaba casi sin aliento.
Los rediles estaban vacíos después de la venta del ganado, pero allí estaba Joe, apoyado en la valla de uno de ellos, con un cigarrillo entre sus dedos, tenía el sombrero calado casi hasta los ojos.
Demi se acercó tímidamente.
—Hola —lo saludó.
Joe contestó con una ligera inclinación de cabeza, sin girarse a mirarla.
— ¿te has perdido? —inquirió tras dar una calada a su cigarrillo.
—esta vez no —contestó Demi enigmática. Se apoyó en la valla, junto a él, y alzó la vista hacia los pastos— espero que no suelas tirar a las mujeres a los abrevaderos, porque sí es así, vamos a tener una vida muy movida juntos.
Joe no podía dar crédito a lo que había oído, se dio la vuelta y escrutó su rostro con ojos ansiosos. El corazón saltó dentro de su pecho, se había puesto un vestido, se había arreglado el cabello, y hasta se había maquillado ¿y era... era perfume eso que olía? estaba radiante.
—No, no suelo hacerlo muy a menudo —le contestó incrédulo—Demi, estoy pensando en volver a Texas.
— ¿vas a huir de mí? —le contestó ella con más valor del que sentía en ese momento— si lo haces te seguiré.
Joe creía estar teniendo alucinaciones.
— ¿cómo dices?
Demi hizo acopio de todo su coraje.
—he dicho que te seguiré a Texas.
Joe arrojó el cigarrillo al suelo y lo aplastó con la punta de su bota, tardó tanto
en hablar, que Demi sintió que las rodillas le flaqueaban. ¿Se habría equivocado?, ¿tal vez Joe no sentía por ella lo mismo que ella por él?
— ¿ya no tienes dudas? —le preguntó él de repente, mirándola a los ojos.
Joe se había colocado frente a ella, y lo tenía tan cerca que casi no podía
respirar.
—Ninguna duda —susurró— te quiero.
 Joe cerró los ojos un instante, y volvió a abrirlos dejando escapar un enorme
suspiro.
—gracias, dios mío... la atrajo hacia sí, abrazándola con fuerza, y la acunó contra su cuerpo para
besarla después en la frente, la mejilla, el cuello... y finalmente tomar sus cálidos labios.
Demi no se soltó ni un instante, sino que suspiró aliviada dentro de su boca. Cuando despegaron sus labios, se apartó un poco de él para mirarlo a los ojos, las barreras entre ellos habían desaparecido.
— ¿te dijo Taylor que no es conmigo con quien se va a casar? —le preguntó Joe quedamente.
—no, en realidad no... Más bien me hizo reflexionar, y darme cuenta por mí misma de que eran absurdas las dudas que tenía sobre ti —le dijo sonriéndole con ternura—. Ahora comprendo que, si hubieras tenido algún interés por ella, jamás me habrías tocado, ni siquiera por lástima.
Joe le acarició suavemente los brazos.
—pues te ha llevado mucho tiempo darte cuenta de eso...
—Lo sé —musitó Demi avergonzada— ¿y sabes qué es lo peor? que llamé al tío Ted y le grité, y le dije que hiciera lo que quisiera con el rancho, y que iba a marcharme de aquí. Gracias a dios tuvo el buen sentido de colgarme tendré que llamarle y disculparme con él.
—Creo que será mejor que esperes un poco — aconsejó Joe—, apuesto a que aún está muriéndose de la risa. ¡Oírte a ti gritándole! por lo que me han dicho nunca le habías gritado a nadie hasta que yo vine.
Demi se rió y suspiró.
— Hasta ahora nunca había tenido necesidad — tomó el rostro de Joe entre sus manos y lo miró amorosamente—. ¡Oh, Joe, te quiero tanto! quiero vivir contigo, y tener hijos contigo, y envejecer a tu lado.
— ¿y qué crees que quiero yo? —la picó él.
—A mí, por supuesto —respondió ella sonriendo con malicia.
Joe se echó a reír, y luego la atrajo de nuevo hacia sí para besarla con exquisita ternura.
—estuve esperando y esperando, y me pareció que habíamos empezado a avanzar, pero cuando Taylor regresó, después de nuestra excursión a caballo, fue como si retrocediéramos, durante todas estas últimas semanas.
—lo siento, Joe. Yo... sentía que no podía competir con ella, nunca imaginé que tú pudieras quererme por mí misma, me parecía que era como querer alcanzar la luna.
—pero ya no —murmuró él rozando sus labios contra los de ella.
—no, ya no —asintió Demi suavemente.
— ¿y cuándo te diste cuenta de que no estaba interesado en Taylor?
—Cuando recordé la dulzura con que me habías besado y acariciado, sin forzarme a llegar hasta el final —le susurró besándolo—. Pensé que, un hombre como tú, no haría eso con una mujer si no quisiera algo permanente. Además, tú mismo me confesaste en una ocasión que eras un hombre anticuado.
Joe frotó su mejilla contra la de Demi, inspirando su perfume y deleitándose en la suavidad de su cuerpo.
—Te quiero, Demi —murmuró con fervor—. Yo también quiero pasar contigo el resto de mi vida, te me metiste en el alma antes de que pudiera saber cómo había ocurrido, antes incluso de que me cuidaras cuando caí enfermo. No he sido capaz de mirar a ninguna otra mujer en todo este tiempo.
—Yo me enamoré de ti la primera vez que te vi — confesó Demi—, pero me asustaba, porque temía que solo fueras amable conmigo porque te daba lástima.
—nunca fue así, me gustabas de verdad, y cuando empezaste a evitarme, fue como si me clavaran un puñal en el corazón.
—Es que no podía creer que pudieras enamorarte de alguien como yo —musitó Demi—, pero cuando empezaste a señalarme mi falta de autoestima y de confianza en mí misma... bueno, supongo que comencé a darle vueltas en la cabeza. Supongo que he
aprendido que nadie es perfecto, pero que eso no significa que no podamos ser amados; y que el amor no tiene nada que ver con la belleza, ni con la sofisticación, ni con el dinero, ¿no es así? el amor es más que eso.
—Mucho más —asintió Joe. Inclinó la cabeza y la besó suavemente— voy a cuidar de ti el resto de mi vida, no tengo mucho que darte, solo mi corazón, pero...
Demi lo calló poniendo el dedo índice en sus labios.
—no quiero nada más en el mundo, a cambio yo te daré el mío.
Joe sonrió.
—Trato hecho —susurró antes de besarla de nuevo.
Más tarde, mucho más tarde, regresaron a la casa de la mano. Bella, Taylor y los chicos estaban esperándolos ansiosos y preocupados en el porche.
— ¿y bien? —Inquirió Bella sin poder aguantar más— ¿tendremos una boda, o una fiesta de despedida?
— ¡una boda! —exclamó Demi riéndose y corriendo a los brazos de la mujer, Taylor y los niños.
— ¡ah!, ¿quién iba a decírnoslo? —Suspiró bella sonriendo feliz— bueno, será mejor que vaya a preparar la cena, creo que haré algo especial para celebrarlo.
Cuando hubo entrado en la casa con los niños detrás, Demi volvió a abrazar a Taylor y le dijo entre risas:
— ¡has sido mala conmigo!, poniéndome celosa todo el tiempo, ocultándome la verdad...
—bueno, me dije que, o bien te abriría los ojos, o los cerrarías para siempre —contestó Taylor sonriendo— de no haber sido por mí, te habría llevado una eternidad decidirte a salir del cascarón, y el pobre Joe seguiría esperando, te merecías una oportunidad.
—Gracias —murmuró Demi, volviéndose a mirar a Joe con adoración.
—Demi—le dijo Taylor—, yo... me preguntaba si te importaría que me viniera a vivir aquí. No dependeríamos de vosotros, Cody insiste en que quiere mantenernos.
—no me importa en absoluto —dijo Demi al momento.
—oh, llamé al tío Ted después de que salieras a buscar a Joe—le dijo Taylor con una sonrisa conspirativa—. Me dijo que, si os casabais, te entregaría el poder sobre el rancho antes, como un regalo de bodas.
Joe las escuchaba en silencio, y Demi sabía que se sentía incómodo de pensar que él no podía aportar nada. Se acercó a él y tomó su rostro entre sus manos.
—escucha: no es gran cosa, y hemos perdido mucho dinero por culpa de mi mala gestión, así que puedo asegurarte que es más un dolor de cabeza que una dote.
Eso borró la expresión amarga del rostro de Joe, y al cabo de un rato, estaban los tres riéndose.
—será un reto para nosotros volver a levantar el negocio, y lo haremos juntos, apoyándonos el uno al otro —dijo Demi.
Joe sonrió.
Cuando creía que estaba todo perdido, cuando todo se había
desmoronado a su alrededor, de pronto sintió que había una luz al final del camino.
Amaba a Demi, juntos se construirían un futuro, y formarían una familia. Sí, iba a salir bien.
—vamos a hacerlo, Demi, lo lograremos.

                                                                       …. Fin….

2 comentarios:

  1. Dios!!! , me encantoooo , de las 3 esta fue la mas bella , esque fue muy emocionante , Y me encanto eso de que todas las noves tengan 11 capitulos , hace tu blog unico , porfavor otra temporada , esque fue taaan lindo , me emocione , Primero no queria leerlas pero encerio no pense que serian tan hermozas

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  2. me encantoooooo
    estuvo hermoso el final

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